Las clínicas son las reinas del estacionamiento en Colombia
Programas de fidelización como Be Parking están revolucionando el mercado al ofrecer puntos y beneficios cada vez que parqueas. Un pequeño cambio que puede generar ahorros inesperados.
Es jueves, 9 am, y una docena de carros entra al parqueadero de una clínica en Bogotá. Lo que parece una rutina diaria está marcando una transformación: estos vehículos son parte de un mercado donde cada minuto estacionado se traduce en puntos, descuentos y ventajas.
Las clínicas, lejos de ser solo un lugar de atención médica, se han coronado como el espacio más rentable para fidelizar usuarios en Colombia.
Así lo piensa Carlos Eduardo González, gerente general de Parking, una red colombiana de estacionamientos que cuenta con más de 30 mil cupos de parqueo: “No es casualidad que las clínicas y hospitales en Colombia concentren más del 30% de nuestros usuarios fidelizados a través de Be Parking, un programa pionero que premia con horas de parqueo gratis, tarifas especiales y otros beneficios únicos”.
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Y aquí viene el dato que sorprende: los usuarios de estos estacionamientos no solo buscan comodidad o seguridad, sino que han convertido sus visitas a clínicas en una forma inesperada de optimizar sus gastos.
Resulta que al acumular puntos durante largas estadías —a menudo inevitables por la naturaleza de las consultas y tratamientos médicos— están demostrando que incluso el tiempo de espera puede tener un valor tangible.
“Desde horas de parqueo gratis hasta descuentos en gasolina, los programas de fidelización transforman el simple acto de parquear en una oportunidad para reducir gastos diarios”.
PARQUEO EN ZONAS DE OFICINAS
Algo similar sucede en las oficinas y zonas empresariales, que ocupan el segundo lugar en la lista de preferencias de los usuarios fidelizados por Be Parking: “Allí, la alta rotación diaria de vehículos, impulsada por horarios laborales estrictos, genera un terreno fértil para acumular puntos”, continúa González.
Es que estacionarse cada día en el mismo lugar no es solo una necesidad, recalca el ejecutivo, “sino una oportunidad para acceder a descuentos en servicios complementarios como mantenimiento y lavado del carro autos e incluso gasolina. Estas ventajas están haciendo que miles de oficinistas vean el parqueadero no solo como un costo, sino como una herramienta para reducir gastos asociados a su movilidad”.
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RESTAURANTES Y OCIO
Y en un giro aún más inesperado, los parqueaderos en restaurantes y zonas de entretenimiento se han convertido en un imán para usuarios que buscan aprovechar al sus experiencias de ocio.
Aunque este segmento representa un menor porcentaje, su impacto es significativo, pues “los beneficios fidelizados tales como horas de parqueo gratis al acumular cierto consumo o descuentos directos en las cuentas de restaurantes, están dando un giro interesante a los hábitos de consumo nocturno”, como expone el directivo de Parking. “Estacionar ya no es solo parte de la logística de salir a cenar; ahora también es parte del plan de un ahorro”.
LA UBICACIÓN LO ES TODO
Ahora bien, la ubicación de un parqueadero define más que la comodidad; determina la experiencia del usuario y, a menudo, el tiempo que pasará allí. Los estacionamientos cerca de supermercados, por ejemplo, son un universo aparte: visitas cortas pero recurrentes, donde los conductores buscan entrar y salir rápidamente.
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“Para Be Parking, las clínicas y oficinas incentivan estadías más largas, impulsando el acumulo de puntos y beneficios”.
“Es un patrón que obliga nos a optimizar cada metro cuadrado del parqueadero, haciendo que los sistemas de fidelización ajusten sus recompensas a la rotación alta”, revela González. “En contraste, las clínicas, oficinas y zonas de ocio —con estadías más largas— manejan otro tipo de dinámicas, incentivando estadías frecuentes y predecibles”.
ESTACIONAR EN CONTEXTO
Sin embargo, sea cual fuere la ubicación, el propósito del viaje siempre es el protagonista. Los datos de Parking muestran que los usuarios de estacionamientos en clínicas suelen priorizar la proximidad a la entrada, mientras que en zonas empresariales prefieren rapidez en el pago.
En contraste, en restaurantes y centros de entretenimiento, el lujo del tiempo adicional después de una cena o una peli transforma la elección del parqueadero en un complemento de la experiencia.
“Las zonas de negocios generan alta rotación diaria de vehículo
s, lo que fomenta la fidelización a través de Be Parking”.
Al fin y al cabo, la ubicación no solo define el comportamiento del cliente; en esencia, es el eje que conecta sus necesidades con la percepción del valor del parqueo. Cada elección de parqueadero esconde patrones de consumo, preferencias y oportunidades para marcas como Parking.
“Al final, lo sorprendente no es que estacionar sea una necesidad cotidiana, sino que pueda convertirse en una estrategia económica que conecte al usuario con beneficios tangibles”, resume González.
En un país que busca eficiencia y ahorro, el acto de parquear está redefiniendo la experiencia urbana y mostrando que aunque los minutos de espera tengan un precio, también tienen un valor. Bien sea acumulando puntos para ahorrar en gasolina o convirtiendo una espera incómoda en ventajas futuras, estacionar se ha convertido en una pieza clave del consumo consciente en las ciudades.
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