En República Dominicana, el turismo de golf está en apogeo. En 2018 aportará USD381 millones a la economía, producto de la llegada de 232.000 golfistas y sus familias.
Julio César Mordán, Director de la Oficina de Promoción Turística (OPT) en Colombia de República Dominicana. (Foto Orlando Gómez Camacho).
¿Puede haber un deporte más premium que el golf? El supuesto poder adquisitivo de quienes lo practican, su cercanía con un estilo de vida wow y lo costoso que puede resultar su práctica, han llevado a no pocos destinos a considerar a los turistas de golf como viajeros codiciados.
“Tienen un alto nivel de consumo, hasta dos veces superior a un turista tradicional”, me reveló el Director de la Oficina de Promoción Turística (OPT) en Colombia de República Dominicana, Julio César Mordán, durante un encuentro realizado la semana pasada con hoteleros, agencias y mayoristas para concientizarlos acerca de las ventajas que tiene esta hermosa isla como destino de golf.
“Además, no solo buscan campos de golf de máximos estándares, sino que seleccionan resorts de lujo cercanos para hospedarse”, argumenta este dominicano que lleva 14 años viviendo en Colombia y buscando nuevos nichos para promocionar este destino.
La fiebre del golf está en su momento de ebullición. En el último año, el Ministerio de Turismo (Mitur) destinó cerca de USD5 millones para impulsar la industria alrededor del golf y traer golfistas internacionales a torneos locales. “Una cifra que equivale al 10% del presupuesto de promoción anual, lo que denota la importancia de esta tendencia”, prosigue Mordán.
Esto se da por la calidad y capacidad de los campos de golf ubicados en ciudades como Santo Domingo, Punta Cana, Santiago de los Caballeros, La Romana y la norteña Puerto Plata. Todas ellas, con un clima ideal para la práctica de este deporte, alojamiento cinco estrellas y una infraestructura vial y aeroportuaria envidiable.
GOLF + TURISMO PREMIUM
Las cinco ciudades hacen parte de un entramado golfístico bien craneado que incluye 30 campos (muchos de ellos frente al mar) diseñados por talentos tales como el arquitecto P.B. Dye, el histórico jugador José-Pepe Gancedo, el zimbabuense Nick Price y el ex golfista británico Nick Faldo, entre otras celebridades de este deporte.
En 2016 visité el mágico campo de Punta Espada, un par 72 de 18 hoyos y más de 7.300 yardas diseñado por Jack Nicklaus ubicado en Cap Cana, en el extremo oriental de la isla.
«Por su naturaleza, el golfista es un alto consumidor de ofertas adicionales que incluyen gastronomía de alto nivel, turismo de aventura y naturaleza, puros dominicanos y reconocidos rones.»
A solo 20 minutos del aeropuerto de Punta Cana, este campo es alucinante. Fue construido en plena costa e incluye playas, cocoteros y vistas a desnivel que hacen del juego un verdadero desafío. Su increíble hoyo 17 (par 4) requiere enviar la bola por encima de una bahía y atravesar el campo con hoyos pegaditos al mar, una experiencia fascinante.
“República Dominicana es el mayor campo de golf del Caribe”, remarcó Félix Olivo golfista profesional y precursor del golf dominicano que hizo parte de la comitiva que visitó al trade en Bogotá. “La gente en Colombia está entusiasmada por considerarnos como un destino premium para el golf.”
EN SU PUNTO ALTO
La vaina está tan buena, que para 2018 se prevé que el golf aporte aproximadamente USD381 millones en divisas a la economía dominicana, producto de la llegada de 232.000 golfistas y sus acompañantes, quienes podrían jugar unas 293.000 rondas de golf, según un informe de Target Consultores.
De hecho, República Dominicana tiene la reputación de poseer los mejores campos de golf no solo del Caribe sino de toda la Latinoamérica. Además, “Las numerosas reservas naturales vírgenes, los pueblos pintorescos llenos de gente amable y sonriente, playas de agua cristalina y arena blanca y una fascinante historia y cultura contribuyen con una oferta única en la región”, dijo el Subdirector de la OPT en Colombia Manuel Tejada.
Manuel Tejada, Subdirector de la Oficina de Promoción Turística (OPT) en Colombia de República Dominicana (Foto Orlando Gómez Camacho).
Cifras de la International Association of Golf Tour Operators (IAGTO), al cierre del segundo semestre de 2018, revelaron que el número de golfistas que viajaron hacia República Dominicana creció en un 10,5% y se estima un 8,5% de crecimiento adicional para lo que resta de este año.
Aunque los deportistas que más visitan la isla provienen de Estados Unidos y Canadá primordialmente, Alexandra De León Gómez, funcionaria de la OPT, me aseguró que los mercados de Suramérica y en especial de Colombia, “Tienen el potencial de aportar nuevos visitantes, dados los numerosos paquetes turísticos, incentivos para las agencias y operadores, convenios con aerolíneas y esfuerzos de marketing locales”.
Por su naturaleza, el golfista es un alto consumidor de ofertas adicionales. Eso incluye gastronomía de alto nivel, turismo de aventura y naturaleza, los buenos puros dominicanos y los rones más reconocidos a nivel mundial. Esta combinación resulta en las vacaciones perfectas para cualquier golfista.
Desde Colombia se puede viajar directamente a Santo Domingo vía Avianca con siete frecuencias semanales. Un vuelo que decola a las 13:50 en Bogotá y toca tierra antes de las 6pm. También es posible irse a Punta Cana sin escalas por Wingo, con cuatro frecuencias semanales. Copa también vuela con escala en Tocumén, Panamá. En temporada baja se consiguen boletos desde 700 dólares ida y regreso.
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