Felix Antelo, presidente y CEO, Viva Air.


Viva Air regresó a Cali. Y lo hizo en grande, con aviones nuevecitos, tarifas low-cost y una puntualidad londinense realmente sorprendente.

Lo digo por la experiencia que tuve en cuatro trayectos*: Bogotá-Medellín, Medellín-Cali y su contraparte, durante el martes y miércoles de esta semana. Vuelos que demuestran que el tal ‘Efecto Viva’ no es cuento. Funciona.

Mucho se ha dicho de este ‘efecto’. Que “estimula el mercado”, que las tarifas “se han disminuido entre 30 y 40% y que los vuelos despegan antes de la hora asignada. Todos tienen razón.

Lo de la puntualidad es cosa de locos. Los cuatro trayectos en los que volé cerraron la puerta entre 5 y 10 minutos antes de la hora impresa en el pasabordo. Eficiencia a mil.

No en vano es calificada como ‘la más puntual de Colombia’ y ‘una de las más cumplidas en Latinoamérica’, según un ranking que mide los vuelos que salen o llegan dentro de los primeros 15 minutos de su horario establecido. El galardón tiene mérito, ya que en la medición participan más de 900 aerolíneas y 4 mil aeropuertos internacionales.

Esa celeridad se debe en parte al proceso de abordaje, que se hace por zonas según si el pasajero toma la opción ‘A la Carta’ o se le asigna aleatoriamente su asiento. En el primero, un asiento cuesta entre $9.990 y $30 mil pesos en rutas nacionales.

 

LOW-COST, RELATIVO

Dentro del vuelo casi no se percibe la tarifa low-cost. Los nuevos aviones vienen con suficiente espacio para estirar las piernas sin romperse la rodilla en el intento. Además, por alguna razón, el pasillo se siente más amplio y cómodo que en otros A320.

Aunque la silla es lo más desprolija posible –sin apoyacabeza ni abullonados-, se siente muy cómoda, tal vez por el material de cuero sintético y su bien lograda inclinación. Eso sí, la mesita auxiliar –de tamaño ultra-compacto-, no permite un notebook.

Para ser low-cost, esperaba encontrarme con un avión totalmente ‘pelado’, pero no fue así. El panel de techo viene completico, con boquilla de aire, luz de lectura y botón de llamado. Algo similar ocurre con los baños, completamente dotados.

 

VENTAS Y PUBLICIDAD A BORDO

Muchos creen que, por ser de bajo costo, Viva Air no ofrece servicio de alimentos y bebidas. Todo lo contrario, “Para las low-cost las ventas a bordo son muy importantes”, me aseguró Félix Antelo, quien ya casi cumple 2 años como presidente y CEO de la aerolínea.

Hay opciones de café o aromática por $3 mil que puedes acompañar de sándwiches de jamón, queso y pollo, de croissant o vegetariano ($13.000), así como numerosos bocadillos y snacks. Incluso puedes pedir sopa de macarrones ($10.000) o muffins de chocolate o mora.

Según Antelo, lo que más se vende es el café, seguido de agua mineral y ‘mecato’. “Sin embargo, el producto más rentable es el licor”, revela. “Eso sí, mientras más largo sea el vuelo hay más ventas”.

Como en cualquier bus articulado de Transmilenio o Mío, el pasillo central de cada avión de Viva Air, está repleto de publicidad. “Tenemos que aprovechar cada oportunidad, cada espacio, para hacer nuestra operación más rentable y los compartimientos superiores de equipaje no son la excepción”, explica el ejecutivo.

«Tenemos que aprovechar cada oportunidad, cada espacio, para hacer nuestra operación más rentable y los compartimientos superiores de equipaje no son la excepción.»

 

MEDELLÍN-CALI POR $79.900

Volvamos a Cali. El vuelo inaugural desde Medellín se convirtió en un fiestón, con Antelo dando la bienvenida y arcos de agua al decolar y aterrizar.

Y no era para menos, pues los boletos iniciaron en $79.900. ¡Apenas 23 dólares! Una ganga irresistible que se sumó a otras tres sorpresas: Cali-Cartagena por $100.100, Cali-San Andrés por $131.800 y Cali-Barranquilla, desde $88.295.

Los dirigentes caleños y vallecaucanos no podían ocultar su emoción, empezando por Antonio Silva, gerente de operaciones de Aerocali, quien se atrevió a lanzar un pronóstico para este año: “Con el regreso de Viva Air al Bonilla Aragón, tendremos un crecimiento superior al 20%”.

 

IMPACTO EN EL TURISMO

Julián Franco, secretario de turismo departamental fue más allá al afirmar que sus “iniciativas de promoción de la biodiversidad y multiculturalidad vallecaucanas tendrán aún mayor impacto con el regreso de Viva Air”.

El retorno de Viva Air al Valle del Cauca cae como un bálsamo para la conectividad aérea de esta región que, por años, ha sido azotada con tarifas aberrantes de aerolíneas que se daban el gusto de cobrar hasta $800 mil por trayecto.

Para redondear, la aerolínea celebró récords insólitos para una low-cost en Colombia al transportar un 43% más de pasajeros entre 2018 y 2019, lo que le ayudó a alcanzar el 14 del market share, con rutas en 25 destinos: 13 en Colombia, 11 en Perú y uno en Estados Unidos.

Para este año, la compañía espera movilizar a 7.2 millones de pasajeros (400 mil desde/hacia Cali) y abrir rutas hacia Nueva York y Santiago de Chile.

*Por invitación de Viva Air.


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