La conclusión final de la Corte Constitucional fue que nadie podrá ejercer la Presidencia de la República de Colombia por más de dos periodos, con lo cual se pone fin a la expectativa del tercer mandato de Uribe. Desde la óptica que se mire, esta decisión tiene matices tanto positivos, como negativos. Lo que si nunca podremos negar son los importantes logros en materia de seguridad nacional y confianza inversionista, los cuales esperamos continúen por la misma senda.
Históricamente y de manera generalizada para cualquier país, durante los años en los cuales se presentan elecciones presidenciales, el crecimiento económico tiende a frenarse. La incertidumbre política le imprime un mayor nivel de riesgo a la economía, debido a que los empresarios desconocen las nuevas reglas de juego.
En nuestro caso concreto colombiano, a partir de este momento, quedamos sin claridad sobre la continuidad de las políticas del actual gobierno, sobre aspectos tan importantes como la seguridad y la consolidación del orden público, el manejo fiscal, económico y monetario, las relaciones internacionales, entre muchas otras situaciones.
Lo que tenemos ahora son solo promesas electorales de candidatos, que están estructurando sus programas de gobierno, algunos sobre la continuidad de los aciertos de Uribe, y otros sobre nuevas propuestas.
Esta incertidumbre política hace que los agentes internacionales y domésticos sientan un mayor temor al pensar realizar inversiones en nuestro país, lo cual conlleva inmediatamente a elevar el riesgo país colombiano. En otras palabras, por estos meses, mientras no conozcamos el nombre del nuevo presidente, se deteriora la confianza inversionista, que ha sido la ventaja competitiva de nuestra economía en los últimos años.
Incrementos en el riesgo país, generan mayores expectativas de rentabilidad por parte de los inversionistas y elevan el costo del patrimonio. Esto genera como consecuencia lógica, que se incremente el costo de capital de todo el sistema empresarial, propendiendo por una disminución del valor real de las empresas. Todo lo anterior sucede debido a que aumenta la tasa de interés con la cual se descuentan los flujos de caja futuros.
Es muy importante conocer los beneficios que se pueden obtener, al igual que los perjuicios en los cuales se puedan incurrir, gracias al impacto de esta situación coyuntural, dentro del marco de posibles negociaciones de compra y venta de empresas, que se planeen llevar a cabo durante el primer semestre de 2010.
Hermann Stangl
www.stangl.com.co
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