Nuestra querida Cali nos ha llenado de orgullo con innumerables buenas noticias durante estos últimos días. Sin demeritar la importancia de todos estos magnos sucesos, como el excelente túnel, punto de referencia para cualquier ciudad; la noticia que me parece mas importante, son las enormes expectativas alrededor de la VII Cumbre de la Alianza del Pacífico.
Históricamente, Cali ha sido conocida como “la capital de la salsa” y “la sucursal del cielo”. Ahora nos comenzarán a conocer como “la capital del pacífico”. Pero no solo del pacífico nacional, sino del pacífico latinoamericano.
La Alianza del Pacífico es un hecho, y fortalecerá el comercio, el turismo y la inversión, inicialmente entre México, Chile, Perú y Colombia. Luego con toda seguridad se le unirán otros países, como es el caso concreto de Costa Rica, que ya mostró su interés.
Las acciones diplomáticas serán conjuntas, existirá una visa única de turismo y se implementará una desgravación de todos los bienes entre los países miembros.
Lo que se busca con esta alianza es crear un bloque fuerte con mayor capacidad de negociación, que se traduzca en mayores ventajas competitivas para los empresarios, mejores condiciones económicas, y que ayude a cerrar la brecha de la enorme desigualdad que impera en la región.
Existe un compromiso común por parte de los países miembros en mejorar su infraestructura. Igualmente se compartirá información económica, buscando una integración y transparencia fiscal.
La gran cantidad de importantes tratados de libre comercio suscritos por Colombia en los últimos años, sumados a esta prometedora y cierta alianza, pone a disposición de los empresarios colombianos, la mejor red de “superautopistas” para que circulen cómodos, rápido y seguros. Pero nada sacamos con “superautopistas”, si no contamos con excelentes vehículos. La mayoría de medianas y pequeñas empresas colombianas no son actualmente competitivas. Es imperativo que se “repotencien estos vehículos”.
Estamos ingresando ahora si a las grandes ligas, y esto requiere de una excelente preparación, de lo contrario los resultados pueden ser contrarios a los esperados.
Es fundamental que todos los empresarios tomen conciencia de que la única forma de mejorar su competitividad será por medio de la innovación, la reconversión industrial, el mejor servicio, las alianzas, la educación, mejores prácticas gerenciales, modelos financieros mas eficientes, la profesionalización y la especialización de su recurso humano. Y por supuesto, abanderados siempre por los más altos niveles de ética empresarial, que propendan por una mejor sociedad.
Hermann Stangl
Experto en Valoración de Empresas y Marcas.
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