Nuestra economía, a pesar de sus dificultades, cuenta hoy con unos niveles de crecimiento atractivos, unas buenas perspectivas futuras y un adecuado clima de inversión, lo cual permite mejorar el valor de las empresas, propiciando un momento ideal para comprar o vender compañías.
Definitivamente una de las decisiones más difíciles a las que se enfrenta cualquier empresario, gira en torno a la posible venta de su empresa. Preguntas tales como: “Cuándo vender”, “Cómo vender” y “Cuánto vale mi Good Will”, son interrogantes muy complejos de resolver adecuadamente, si no se cuenta con un acompañamiento financiero externo que realice los estudios del caso de manera sería, técnica y objetiva.
El valor de una empresa no depende del valor de sus activos, éste se determina a partir del valor presente neto de su potencial de generación de flujo de caja libre operacional, el cual es la cantidad de dinero final disponible para los acreedores financieros y los socios, una vez atendida la operación del negocio. Es importante no confundir este concepto con las utilidades, ya que es posible encontrar empresas que generando utilidades, destruyen simultáneamente valor a sus socios.
Para lograr la venta exitosa de una compañía, es fundamental alinear adecuadamente hacia una maximización de su valor, aspectos relacionados con la proyección de sus ingresos, la rentabilidad, el margen ebitda, el capital de trabajo requerido, las inversiones futuras, la determinación del nivel y forma de endeudamiento, el manejo de ciertos activos no operacionales, el estado legal de marcas y patentes, entre otros.
Actualmente muchas empresas nacionales están recibiendo ofertas de compra por parte de compañías multinacionales. Este puede ser un momento interesante para evaluar y estructurar adecuadamente una posible venta, sobre todo si dicha oferta proviene de un competidor importante, al cual si no se le vende, puede en el mediano o largo plazo disminuir mi actual participación del mercado o lesionar mis márgenes de rentabilidad, lo cual se traducirá finalmente en un menor valor de mi compañía.
Es fundamental tener en cuenta que la empresa se vende una sola vez y que el mejor momento, desde el punto de vista financiero, es cuando mejor se encuentra. En ese instante las excelentes proyecciones y el gran potencial futuro, favorecen la valoración.
Hermann Stangl
Consultor Empresarial Financiero
Valoración de Empresas y Banca de Inversión
www.stangl.com.co
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