Hace cinco años comenzó a tomar forma el TLC entre Colombia y la mayor economía del mundo. La perseverancia y paciencia que ha tenido el gobierno colombiano frente a este tema, afirma una vez más la posición de nuestro país como aliado incondicional de los Estados Unidos en materia política y económica.
El TLC se encontraba completamente frenado por situaciones exclusivamente de carácter político propias del país del norte. Gracias a la recomposición del Congreso, actualmente el TLC con Colombia se ha convertido para los norteamericanos en un propósito bipartidista. Además, el plan de acción recientemente acordado entre Santos y Obama, en el cual Colombia se comprometió a fortalecer la justicia y las estrategias para la protección de los sindicalistas y la defensa de los derechos laborales, se constituyó en el paso final para resucitar el tan anhelado TLC con USA.
Si se quiere sacar verdadero provecho de la inminente aprobación de este nuevo TLC, tanto gobierno como empresarios deben asumir retos muy importantes. ¿Qué conseguimos con otro nuevo TLC, cuando por ejemplo, no somos eficientes en la movilización de la carga hacia los puertos? Colombia ostenta actualmente el puesto 68 en competitividad según el foro económico mundial, por lo tanto es fundamental que el gobierno trabaje urgentemente en la modernización de la infraestructura, mejore la logística exportadora, puertos, comunicaciones, vías y por supuesto, mantenga la seguridad.
La actual revaluación del peso tiene ya en una posición desventajosa a nuestros exportadores. Este nuevo TLC aumentará la inversión extranjera, por lo tanto habrá mayor ingreso de dólares y como consecuencia esto generará a futuro mayor revaluación del peso. Otro reto del gobierno será entonces la articulación de eficientes políticas monetarias, cambiarias y tributarias acordes con esta nueva situación.
Los empresarios deben ser pragmáticos en los negocios y aceptar que la competencia y la globalización son las actuales reglas de juego del mercado. El reto del empresariado colombiano será entones propender por el mejoramiento de su productividad, con estrategias orientadas hacia aspectos como tecnología, educación, innovación, servicio posventa y mejores prácticas financieras, como la implementación de modelos de gerencia de valor.
Creo que este nuevo TLC será beneficioso para Colombia, prueba de ello es que hasta el momento ninguno de los tratados comerciales de las últimas décadas, ha generado pérdida de bienestar económico.
Hermann Stangl
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