La Crisis Subprime y la volatilidad cambiaria
Después de presentar varios años de crecimiento, la economía mundial actualmente afronta varios desafíos para continuar con dicha prosperidad. Los factores que se han convertido en obstáculos, inician con la burbuja inmobiliaria de los Estados Unidos seguida del desarrollo de la crisis financiera, la debilidad del dólar de Estados Unidos con respecto a las monedas de mayor circulación y los altos precios del petróleo y otros bienes básicos. Estos factores convergen para poner en riesgo el crecimiento mundial en los próximos años.
La crisis de créditos hipotecarios de alto riesgo, se originó en la burbuja inmobiliaria creada a principios de esta década en el mercado norteamericano. Las bajas tasas de interés y el exceso de liquidez durante este período provocaron que el mercado inmobiliario tuviera un gran crecimiento apoyado en un fuerte endeudamiento a través de créditos hipotecarios, entre los que se incluyeron créditos otorgados a personas con mayor riesgo de no pago, conocidos como subprime.
El incremento de la tasa de interés por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos a partir de junio de 2004, para controlar la inflación, la llevó a niveles de 5,25% en junio de 2006, provocando; i) Un encarecimiento de los créditos y una caída de los precios de las viviendas; ii) Incremento de las ejecuciones de hipotecas morosas; iii) Problemas de liquidez de las entidades tenedoras de los créditos y iv) Una caída de las bolsas mundiales, debido a que varias instituciones financieras del mundo tenían distintos activos financieros estructurados soportados en títulos de deuda subprime.
La Reserva Federal de los Estados Unidos al ver en problemas la liquidez del mercado, causada por la crisis de los créditos hipotecarios, por las pérdidas de los bancos y por la caída de las bolsas mundiales, actuó inmediatamente con una fuerte reducción de la tasa de interés de referencia, bajándola de 5,25% en junio de 2006 a niveles de 2,0% a la fecha.
Las medidas de aumentar la liquidez del mercado financiero, provocaron el descenso de la tasa de referencia de la Fed, la caída de la confianza en el mercado y la incertidumbre con respecto a los activos denominados en dólares, y el debilitamiento de la economía estadounidense, los cuales han tenido un efecto negativo sobre el dólar.
La debilidad del dólar se puede observar a partir del Índice DXY, cuyo valor ha descendido 14% aproximadamente a partir de la crisis hipotecaria ha sido del, siendo superior a la caída que venía presentando en años anteriores.
La fuerte caída del dólar, ha provocado una fuerte revaluación de las monedas, tanto en las economías desarrolladas como en las emergentes.
En la Zona Euro, la revaluación del euro frente al dólar se inició en el último trimestre del año 2005, pero se pronunció desde que empezó la crisis hipotecaria. A partir de la crisis subprime, el dólar ha perdido gran parte de su valor frente al euro, en aproximadamente 17%, llegando a niveles máximos de 1,60 dólares por euro en abril del presente año, después de ubicarse en promedio en 1,20 dólares en los años 2005 y 2006. Este comportamiento ha generado efectos negativos en la competitividad de las empresas europeas frente a las empresas de Estados Unidos.
Siguiendo este comportamiento se encuentra el yen Japonés, que a partir de agosto sufre una fuerte revaluación, acompañada de las operaciones de carry trade, en las que inversionistas venden yenes, los cuales se pueden pedir prestados a bajas tasas de interés, para comprar otras divisas que generen mayor rentabilidad. Por su parte, la libra esterlina no muestra el mismo efecto que el euro y el yen, dado que el Reino Unido también presenció una crisis hipotecaria que ha sido igual o mayor a la presentada en Estados Unidos (Gráfica 2.).
En América Latina, las monedas también se vieron afectadas por la debilidad del dólar. En la gráfica 3, se observa que tanto el peso colombiano, el peso mexicano, el sol peruano, el real brasilero y el peso chileno han presentado una fuerte revaluación con respecto al dólar.
A la fecha, la moneda que más se ha visto fortalecido es la de Brasil con una revaluación de 26,3% desde agosto de 2007; mientras que en el peso chileno ha sufrido un menor impacto, con una revaluación de de 5,4% a partir de la crisis subprime, reversando la tendencia que presentó hasta marzo de 2008 (Gráfica 3).
La revaluación de todas las monedas de América Latina, se explica por varios factores, entre ellos el atractivo de los mercados emergentes para la inversión, debido al fortalecimiento institucional y económico que se ha gestado en los últimos años, incrementando así la entrada de divisas en cada país. Otra explicación es el diferencial de tasas de interés entre la tasa estadounidense y la correspondiente a cada país, ya que mientras la de Estados Unidos ha sido recortada, la tasa de interés de los países de América Latina se ha incrementado, con el objetivo de controlar la inflación.
El alza de la tasa de interés por parte de las autoridades monetarias, es un incentivo más para la entrada de capitales del exterior, presionando el tipo de cambio hacia abajo y de esta manera, afectando directamente a los exportadores.
¿Qué tan volátil ha sido el fenómeno de la revaluación?
La volatilidad cambiaria se refiere a las grandes y continuas fluctuaciones del tipo de cambio con respecto a su promedio, es decir, qué tanto varía la cotización de las monedas en una jornada.
La volatilidad cambiaria tiene un fuerte impacto sobre el sector real y financiero, dado que una alta volatilidad del tipo de cambio puede afectar negativamente los flujos de comercio exterior, y así mismo las decisiones de inversión.
Si bien las monedas tanto de países desarrollados como de emergentes han sufrido una fuerte revaluación con respecto al dólar, la volatilidad cambiaria ha sido muy diferente.
El euro, ha sido una de las monedas de los países desarrollados con mayor revaluación, pero con una volatilidad reducida. En el gráfico 4 se muestra el comportamiento del euro con respecto al dólar, en el último mes, y se puede observar que sus movimientos se presentan en el rango de 1,5375 dólares y 1,5863 dólares por euro.
Por el lado del peso colombiano, establecimos el mismo periodo de tiempo, para determinar que tan volátil ha sido el tipo de cambio. Se observa que las fluctuaciones del peso son muchísimo más amplias que las presentadas por el euro, dado que en una jornada de alta volatilidad, el peso puede variar 5,40%, mientras que el euro puede variar 1,1%.
La Zona Euro y Colombia, están pasando por el mismo entorno económico, es decir, se han visto afectados por la crisis subprime, tienen fuertes presiones inflacionarias por el incremento internacional de los precios de las materias primas y adicionalmente presentan una fuerte revaluación de sus monedas por la debilidad del dólar.
Entonces, ¿por qué presentan una volatilidad cambiaria tan distinta? Por un lado, el euro se caracteriza por ser una moneda fuerte, por cotizarse en un mercado profundo con volúmenes significativos y con una amplitud de mercados, ya que se cotiza en varios países de Europa. Estas características hacen que sea más complejo iniciar un proceso de especulación y de fuertes volatilidades, debido a la fortaleza de la moneda, lo que implica que solo eventos macroeconómicos contundentes puedan deteriorar la moneda en cuestión, como fue el caso de la crisis hipotecaria.
Mientras que el peso colombiano solo se cotiza en Colombia, lo que hace que el volumen y la profundidad del mercado sea poco significativa frente al euro. Adicionalmente el mercado cambiario se caracteriza por ser vulnerable, presentando fluctuaciones de gran magnitud debido a la especulación y a los cambios políticos, sociales y económicos.
Las mayores volatilidades del peso, se han presentado después de las intervenciones del Banco de la República para frenar la fuerte revaluación, lo que ha incentivado a los agentes del mercado a realizar transacciones especulativas que implican una mayor volatilidad. A pesar de las intervenciones, el comportamiento del tipo de cambio no ha mostrado los resultados que las autoridades y los exportadores esperaban, y sin han perjudicado la inversión extranjera e indirectamente el crecimiento económico.
Comentarios Finales
La desaceleración de Estados Unidos, la incertidumbre de los mercados financieros y los altos precios internacionales de las materias primas, han contribuido a una mayor debilidad del dólar. Esto indica que parte de la solución está en el comportamiento de la economía estadounidense, el cual puede mejorar o por el contrario puede entrar a una recesión, que no es deseable para el mercado mundial.
En Colombia, en el transcurso de la semana se ha observado una fuerte volatilidad del peso frente al dólar, que fluctúa de acuerdo a las expectativas de inflación, al comportamiento del mercado de capitales internacional, a cualquier intervención de la Reserva Federal o del Banco de la República, etc., reflejando la incertidumbre y el temor que se vive diariamente en el mercado financiero.
Ante esta gran volatilidad, la mejor opción para los exportadores es usar las coberturas cambiarias que ofrecen el Gobierno y el sistema financiero, de tal forma que puedan proteger sus finanzas de las fluctuaciones de la tasa de cambio.
Sin embargo, la volatilidad del mercado cambiario colombiano ha hecho que las coberturas cambiarias estén cada vez más “caras”, dado que su precio se ha incrementado 4% aproximadamente en el transcurso del mes de julio. Este encarecimiento afecta directamente a los exportadores, porque al ser las coberturas cambiarias uno de los pocos salvavidas que tienen, se está volviendo cada vez menos atractivo.
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