
Desde hace mucho tiempo se ha venido especulando respecto del «núcleo de los negocios». «El Core Business». Lo que constituye su esencia. Lo que anima” la organización. Su principio vital. «El Bosón de Higgs» de los mismos.
https://youtu.be/Y2kXZCebLhg
Lo que le da sentido para lograr alcanzar lo que sería su fin último como institución.
Tendríamos que ir, como los científicos que analizan el origen de la vida, a lo que podríamos denominar, su ADN. La cadena genética de la empresa; y centrarnos en la «cadena de valor» que, definitivamente, es la que le da identidad y personalidad al negocio.
Cada institución tiene un ADN propio y es lo que la hace diferente de las demás. Mientras más diferencias aporte su ADN y más sean valoradas estas por los consumidores, más posibilidades de desarrollo y crecimiento podrá alcanzar.
Las empresas, viven de la captación de clientes que constituyen su alimento para poder crecer.
Hay una estrecha relación entre aquello de lo cual se alimentan y su composición genética.
Esto produce que haya grupos de empresa que tienen exigencias y formas comunes de desempeño, lo que permite identificarlas como especie. Lo que comúnmente se denominan los sectores económicos propios de su actividad.
Hay especies de empresas, como hay especies de seres vivos. Se desempeñan de diferente manera y se alimentan de diferentes tipos de consumidores, lo que los administradores llaman mercados.
Estos mercados deben ser cultivados y desarrollados para conseguir su sustento.
Pero, sigue la inquietud de tratar de encontrar ese núcleo «core» del negocio. ¿Qué es lo que anima a la empresa a desempeñarse como los seres vivos? ¿Cuál es el componente que, como las proteínas, en los organismos vivos, dan sentido a esa cadena genética que determina su ADN?
La respuesta se encuentra en las personas que componen la organización. Ellas, como las proteínas, dependiendo de la manera como se acomoden entre sí, en la “cadena de valor” dan forma a la empresa. Determinan la estructura de la cadena y, por tanto, marcan la diferencia.
Ellas son las que la hacen, única e irrepetible.
Todos los demás componentes de la organización, se desempeñan, reproducen, desarrollan y crecen, dependiendo de la estructura genética.
El «Bosón de Higgs o Partícula de Dios» del ADN organizacional se encuentra en el conocimiento de las personas de la empresa. Ellas son las que, de conformidad con sus capacidades y habilidades, respaldadas por su formación y creencias, se ordenan para dar sentido a la «cadena genética» que, en forma de «cadena de valor», se estructura, para adecuarse al ambiente dentro del que se encuentra, con el fin de nutrirse de los mercados que la alimentan.
En este orden de ideas, el empresario, debe tener clara cuál es la cadena genética que mejor se adecua a su “Business Plan” y, como el científico, ubica las proteínas adecuadas para estructurarla, dándoles vida, por medio de un buen ideal corporativo, centrado en la Visión, la Misión y los Valores que sustenten su principio vital.
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