Ampliar las capacidades de manera instantánea, reducir la compra de fierros y facilitar la gestión de aplicaciones, son promesas de la computación en la nube, un modelo de acceso a sistemas informáticos que se presta como servicio a través de internet.
Sin embargo, a pesar de sus comprobadas bondades, las organizaciones están comenzando a darse cuenta de que para aprovechar todo el potencial de la nube, deben dedicar un montón de tiempo y talento para gestionar con eficiencia las implementaciones realizadas.
“Son muchas las veces en que la nube tradicional ha fallado”, declara Efraín Soler, CEO de O4IT, una compañía norteamericana que brinda soluciones punto a punto de nubes. “Esto es por cuanto muchas empresas adoptaron la computación cloud sin tener en cuenta el soporte continuo para su operación eficiente y responsable”.
Resulta ser que mover la infraestructura de TI hacia la nube requiere no solo un proveedor que ofrezca poder de cómputo, almacenamiento y ancho de banda, “Sino además un equipo de ingenieros y métodos para crear, distribuir y gestionar remotamente las aplicaciones subyacentes”, prosigue este ingeniero industrial de la Universidad de Los Andes.
Dicho de otra forma: no basta con pagar por usar Amazon Web Services, Google Cloud Platform o Microsoft Azure, sino que además se requiere ‘gestionar’ permanentemente tales servicios.
Y cuando hablo de gestionar, me refiero a que los clientes no deben conformarse solo con comprar ‘infraestructura-como-servicio’ (IaaS, su sigla en inglés), sino que además tienen que administrar bases de datos, encargarse de la seguridad y el cumplimiento, hacer backups, monitorear el sistema y estar preparados para una recuperación de desastres, entre otras arandelas.
LA COMPLEJIDAD DE LA NUBE
“Es aquí donde muchas organizaciones se sorprenden al encontrar que la nube -por sí sola-, no funciona”, recalca. ¿Entonces, que hacer? “Es necesario que las empresas comprendan que el hecho de estar en la nube no significa que deban gastar su nómina en administradores de redes, expertos en seguridad e ingenieros de operaciones. Para eso existen ‘brókers’ como O4IT”, responde.
“El hecho de estar en la nube no significa que las empresas deban gastar su nómina en administradores de redes, expertos en seguridad e ingenieros de operaciones.»
Los brokers de nube utilizan el concepto de ‘nube gestionada’, donde todo viene empaquetado: el mantenimiento de aplicaciones, la migración del software y hasta el licenciamiento y programación de tareas. “Es un modelo que ayuda a priorizar las funciones basadas en su importancia”, dice el ejecutivo. “Algunos clientes optan por gestionar algunas cosas ellos mismos, mientas que otros prefieren delegarlas en nosotros”.
Así las cosas, es posible identificar rápidamente las cargas de trabajo que consumen más recursos para pasarlas al modelo de servicios gestionados. Es aquí donde un bróker de nube como O4IT abastece con infraestructura al cliente y al mismo tiempo lo libera de pesadas cargas.
“Por ello, somos capaces de exprimir al máximo el potencial de la nube para que las compañías le dediquen más tiempo su estrategia de negocios y menos a mantener las operaciones de TI”, concluyó Efraín Soler.
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