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Roberto Vélez, gerente de la Federación Nacional de Cafeteros

Un total de 420.949 millones de pesos (3.558 millones de pesos mensuales) pagaron este año los cafeteros del país a los pensionados de la liquidada Flota Mercante Grancolombiana, recursos que salen del bolsillo de los cultivadores a través de la cuota parafiscal que le pagan al Fondo Nacional del Café.

Ahora, la discusión no está en el reconocimiento del pago, pues en su momento las pensiones fueron concedidas bajo la legalidad; más bien, el asunto radica, ya desde hace varios años, en la escasez de rentabilidad del cultivo, derivada de los bajos precios internacionales y de compra local de la cosecha que han causado la desazón de muchos cultivadores y merma los ingresos del Fondo.

¿Qué va a pasar con ese tema? es la pregunta que viene haciéndose el país cafetero desde hace varios años, en espera de una respuesta. «Todavía no hay decisión de casación, entonces el Gobierno quiere esperar», respondió a este blog Roberto Vélez, gerente de la Federación nacional de Cafeteros al ser consultado por la posibilidad de que esas pensiones las asuma la Nación.

Vale la pena señalar que hay una demanda por la que se espera una decisión de la Corte Suprema de Justicia, de la que no se sabe cuándo saldría, espera que tiene más de 15 años.

Así, la Federación (que administra el Fondo) deberá seguir cumpliendo con la Sentencia de Tutela SU1023 del 2001, que ordenó, de carácter ‘transitorio’, el pago de las mesadas a los pensionados de la Flota.

La Flota Mercante Grancolombiana fue constituida en el año 1946 entre Colombia, Venezuela y Ecuador, con 45 por ciento de capital colombiano (dineros del Fondo Nacional del Café), igual porcentaje venezolano y 10 por ciento ecuatoriano (recursos que le prestó el Fondo).

Por ahora, las obligaciones deben honrarse pese a la situación que ha vivido el café colombiano, como consecuencia de la caída de los precios internacionales del grano, que marcan el ritmo del monto que reciben los cafeteros por la venta de su café a las cooperativas.

Al cierre de este año, los ingresos de los cafeteros (el valor de la cosecha cafetera) han caído 19 por ciento, al pasar de $8,06 billones de pesos en 2017 a 6,47 billones este año, mientras la producción colombiana se reduce de 14,63 millones de sacos a 13,82 millones.

Por su parte, Roberto Vélez reconoció que hay menos área sembrada con café, es decir, las tierras han migrado a otras actividades en busca de menores riesgos y más ingresos; en las cuentas del gremio, en cifras conservadoras, unas 50.000 hectáreas han pasado de cafeteras a otros negocios, incluyendo el agroturismo.

En detalle, el precio interno del café durante lo corrido de este año ha mantenido un promedio de 742.000 pesos por carga de 125 kilos (dos bultos), muy al borde de los costos de producción; es decir, lo que invierte el cultivador lo ha recuperado con el precio recibido, sin lograr rentabilidad alguna.

Esta es la situación económica de los cafeteros colombianos, al cierre de este año, quienes hoy están cruzando los dedos en espera de que en el Congreso de la República se aprueben los proyectos de ley 193 del 2018 del Senado y el 123 de la Cámara de Representantes con los que se busca conseguir un ‘piso mínimo’ para su protección social, como pensión de vejez, salud y aseguramiento para los riesgos laborales.

En las cuentas al cierre de este año, los desembolsos del Fondo Nacional del Café, en beneficio de los 736 pensionados, durante los últimos diez años, han sumado 2,5 billones de pesos. Del total de beneficiarios, en promedio, 11 por ciento devengan 13 millones de pesos mensuales; 40 por ciento, 8,5 millones y 34 por ciento reciben una asignación mensual de 4,4 millones de pesos.

El pasivo pensional de la Flota, al momento de la liquidación, superaba los 280.000 millones de pesos.

Ahora, los pensionados también tienen su opinión, su asociación, Apenflota, indicó en su momento que todo lo anterior deriva de decisiones tomada por la administración de la extinta empresa, así: en 1967, la no afiliación de los trabajadores al también extinto Instituto Colombiano de Seguros Sociales (ICSS). En 1993, haber repartido utilidades en vez de haber dejado esos dineros como reserva pensional y la no incorporación al Sistema General de Pensiones.

Por ahora, a los cafeteros, con plata o sin plata, les tocará seguir pagando esas pensiones.

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