“El Líder busca resultados para todos, no simplemente popularidad, fama o seguidores”. (Peter Druker)
Es así como se desarrollan las organizaciones y se logra el progreso que la sociedad espera. No es por vía de una propuesta de libertinaje. Es por la dirección y guía de quien interpreta los sentimientos del grupo, los comparte y decide aportar sus capacidades para llevarlo a buen puerto.
Las instituciones progresan, por tanto, por la acción libre de los individuos que conforman la sociedad y que, libremente, expresan su deseo de someterse a las orientaciones de un LIDER en quien confían por su conocimiento y autoridad para emprender la marcha que no siempre es fácil y puede estar llena de escollos.
El crecimiento de las sociedades humanas se explica por la presencia de unas minorías o personalidades creadoras que dan siempre respuestas exitosas a los retos del medio y que, en razón de su integridad Y sus compromisos con el grupo, son libremente seguidas por la mayoría”. (Toynbee)
Ahora bien. El LIDER es la brújula que marca el norte para poder indicar el sentido de la marcha de la organización. Es el capitán del barco, y su responsabilidad toca con los requerimientos de caminar en el sentido correcto y de conformidad con una VISIÓN compartida que, por mutua influencia de las partes, se convierte en el principal anhelo que guía los actos y que, en la medida en que el LIDER la comparte y comunica claramente al grupo, le permite, con mayor facilidad, mover las voluntades hacia el alcance de ese objetivo final y supremo que, en forma de VISIÓN, garantiza el éxito de la MISIÓN.
En este sentido, la MISIÓN debe ser simple y clara. Es la razón de ser de la organización.
Expresa, claramente, su papel en la sociedad para asegurar la comprensión institucional y corporativa por parte de los diferentes grupos de interés que interactúan con ella. Es el elemento que la identifica en la sociedad y responde a la pregunta simple: ¿de qué organización se trata? ¿qué actividad realiza?
Igualmente, la VISIÓN, constituye, algo así, como el mayor anhelo de realización de esa MISIÓN. Responde al cómo queremos que sea la organización que hemos definido en la MISIÓN. Define los valores supremos que la caracterizan en su desempeño con la sociedad y por la cual la deben apreciar los grupos de interés que se relacionan, de alguna manera, con ella.
Ahora bien: “No importa lo que la Visión es, sino lo que la Visión logra”. (P. Sengel)
Es aquí donde se pone a prueba la capacidad de LIDERAZGO de quienes han decidido optar por esta hermosa opción. Pero, es igualmente aquí, donde todo el plan estratégico de la institución se pone a prueba. Es el punto donde converge la teoría y la práctica. Es el gran momento de verdad en el cual se califica la estrategia y la capacidad de quienes conforman la institución para hacer del sueño una realidad. Es este el impulso vital que es capaz de cambiar la historia y que, con tanta ansiedad, espera la sociedad que la circunda.
Es “La aceleración de la Historia”.- (Daniel Hálevy)
Jairo A Trujillo Amaya
Consultor y asesor empresarial
jairoatrujilloa@yahoo.com
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