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La responsabilidad de ser funcionario público está atada a una serie de pre requisitos necesarios que, sin ellos, es imposible para cualquier persona desempeñarse como tal y, para la comunidad, significa la imposibilidad de verse beneficiada con las acciones correspondientes de un funcionario idóneo y capaz de responder a los desafíos de su cargo.

A mi juicio esos requerimientos necesarios están ligados a aspectos tales como:

1. Idoneidad profesional.
Cada cargo está exigido por conocimientos profesionales que deben cumplir quienes se desempeñan en este.

Esto exige formación académica y experiencia en actividades profesionales relacionadas con las mismas funciones propias de su cargo. No hacerlo así, hace que el liderazgo necesario para orientar las actividades que corresponden al área donde el funcionario se desempeña, no se dé, lo que provoca en éi actitudes autoritarias, determinadas por el poder burocrático y político que no es reconocido por sus colaboradores que ven frustrados sus anhelos de mejora a la gestión y evidencian contradicciones entre el propósito superior del cargo y lo que el funcionario hace.

Un ejemplo claro de esto lo vimos en el caso de la primera ministra de Minas y Energía del gobierno de Gustavo Petro que tanto le ha costado y le seguirá costando al país.

2. Formación humana.
Es el conjunto de elementos formativos que hacen de las personas entes sociales conscientes de su condición humana con todas las características que la identifican como tal.

Su capacidad de reconocer al otro como diferente, único e irrepetible y, por tanto, tratarlo como corresponde a esas características intrínsecas de la persona humana, es el elemento fundamental de relacionamiento de las personas que les permite conformar sociedades. Es la base sobre la que se funda la cooperación entre los individuos que, con el trabajo conjunto, guiado por un propósito superior, alcanzan niveles mayores de desarrollo y progreso para toda la comunidad, sin excepción.

3. Espíritu de servicio.
Es la capacidad que tienen las personas para entender que los demás necesitan de sus habilidades y fortalezas para apoyar en sus debilidades a aquellos que no las1 tienen y los necesitan. Es la habilidad necesaria que se espera de tales funcionarios para entender que no están allí para su propio beneficio sino para el de los demás.

En lo que tiene que ver con el servicio al Estado, este reto es demasiado importante y está generalmente amenazado por los compromisos politiqueros de los partidos políticos que los apoyaron para alcanzar esa posición y que, ajenos a esta condición del funcionario público, lo secuestran ideológicamente para que defienda los intereses partidarios por encima de los de la ciudadanía en general.

Es la circunstancia más perversa que amenaza la responsabilidad de los funcionarios y que, en países como Colombia, se hace muy evidente porque los partidos han perdido el sentido de patria y ciudadanía, pues consideran el Estado como un botín a secuestrar, para servir a sus intereses particulares y partidistas, olvidando su responsabilidad exclusiva de servidores públicos.

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