Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

Lo bueno:

Su compromiso con las clases más deprimidas y vulnerables del país.

Su trabajo permanente con su fundación Manos Lmpias. Lo que demuestra su compromiso social.

Su formación y creatividad literaria que le ha permitido destacarse, nacional e internacionalmente, con premios reconocidos que avalan su calidad como guionista de cine y televisión.

Sus prolífica producción poética con más de 900 obras que muestran su versatilidad en el mundo de las letras.

Sus inicios en la política, al lado de un mártir de la justicia y la lucha contra el narcotráfico cono fue el doctor Enrique Parejo González, asesinado después de una persecución transnacional de sicarios de las mafias colombianas en la ciudad de Budapest.

Lo malo.

No tiene formación ni experiencia administrativa apreciable en lo público ni en lo privado.

Se enfrentaría a una organización burocrática como es la alcaldía de Bogotá. Tal vez, la más compleja del país, por la dimensión de sus desafíos económicos, sociales y de infraestructura, sin experiencia alguna.

Es un reto con una complejidad muy grande para el que no está preparado. 

Podría ser un caso como el de la alcalde actual de la ciudad que, obsesionada con monumentales mega obras, no termina ninguna. Deja todo en el limbo y la incertidumbre, con una ciudad colapsada, endeudada por décadas y con muchas dudas sobre su viabilidad.

Lo feo.

Se retiró del congreso, aduciendo que su salario millonario no le alcanzaba y que, dedicado a su trabajo de escritor y guionista, ganaba mucho más. Lo cual, puede ser cierto, pero evidencia su falta de compromiso con aquellos que confiaron en él y pusieron sus esperanzas en su gestión de congresista.

Ahora bien, si su salario no le alanzaba cuando era congresista ¿cómo logrará que le alcance el de la alcaldía que es inferior al anterior? ¿Será que ya encontró la manera de cuadrar su caja y no quiere o no puede decirlo, pues quedaria inhabilitado? 

¿Qué asegura que, esta vez, no deje tirados a sus electores si gana la alcaldía y renuncia, posteriormente, tentado por una ambición subyacente de ser presidente. Al fin y al cabo así lo hizo en el congreso para lanzarse a la alcaldia de Bogotá.

Su decisión de lanzarse como candidato a la alcaldia de Bogotá, con base en todo este análisis, es un acto irresponsable de él y sus electores que le apoyan. 

Compartir post