“Soy muy feliz con mi oficio en el campo, es un bálsamo recorrer fincas agrícolas y aprender sabiduría de los productores”. Les presento un testimonio de un joven en el que se evidencia que el amor por el agro elimina el temor, a pesar de los obstáculos, de la mala energía, de las tendencias declaradas diariamente por diferentes entornos que desalientan el trabajo de los jóvenes con y por el agro.
Hablo de un joven profesional que decide apostarle al matrimonio de la apicultura y la agricultura para lograr cultivos de excelencia por su calidad y producción. Con gusto lo presentó a continuación.
María Helena Latorre: Bienvenido al blog ‘Cultivando al Ser’, gracias por aceptar esta invitación. Primero que todo, cuéntenos algo de usted por favor.
Manuel Parra: Soy Manuel Parra, tengo 26 años, soy Ingeniero Industrial de la Universidad Nacional y me dedico a la agricultura y apicultura, principalmente en cultivos de mango, cítricos, aguacate y melón.
MHL: ¿Por qué trabajar en el campo como ingeniero industrial?
MP: Creo en el poder del agro para generar riqueza y desarrollo en Colombia. De hecho, miremos lo que el campo ya le ha dado a la economía y a nuestras vidas, a pesar de tantas dificultades conocidas. Ahora imaginemos lo que podría hacer la nueva generación; si aplicamos emprendimiento, innovación y desarrollo empresarial en los cultivos podríamos triplicar el crecimiento agrícola colombiano.
MHL: ¿Cuál es su sueño Manuel?
MP: Materializar el trabajo mancomunado de la apicultura y la agricultura, para usar ampliamente la polinización en los cultivos, con estrategias innovadoras y de empoderamiento empresarial.
Tengo la fortuna de trabajar con y por los agricultores y apicultores en el Tolima. Mi mentor es un ingeniero agrónomo de gran trayectoria que hace más de 10 años suministra el servicio de polinización a cultivos de mango, aguacate, cítricos y melón, entre otros.
Es un gusto presenciar el momento cero, que es cuando el apicultor instala sus colmenas en el cultivo; luego su pago inicial y el proceso de polinización que disfruta el agricultor porque beneficia su cosecha con más volumen y mejor calidad, momento en el cual el apicultor termina de recibir el pago de su servicio con gran satisfacción.
MHL: Interesante encontrar esta postura en un joven. ¿Cómo se ve en cuatro años Manuel?
MP: Como un gestor de cambio en el campo. Amo el trabajo entre los apicultores y agricultores, quiero aportarles innovación con mi formación profesional y beneficiar tanto a la polinización como a la agricultura, de hecho, ya estoy ejecutando pilotos con las dos actividades que, con seguridad, serán emprendimientos empresariales innovadores.
MHL: ¿Qué mensaje deja a los jóvenes desde el blog Cultivando al Ser?
MP: Que en el campo hay mucho por hacer y las oportunidades son de toda índole, son así de diversas como el mismo campo colombiano. Tan solo pensar en el ingreso que generan los alimentos en diferentes eslabones de la cadena, nos debe motivar a trabajar desde la fuente, la agricultura.
Por ejemplo, nadie le apuesta o le parece poco significativo el trabajo entre la apicultura y la agricultura, es más, hay miedo por las abejas, inseguridad e incredulidad en la polinización y, por eso, mi amor y pasión por el campo hace que siga adelante, para seguir presenciando los resultados maravillosos de esta combinación.
MHL: Gracias Manuel por su participación, le deseo éxitos en su trabajo profesional.
Amigos lectores: el amor elimina el temor. Manuel es un testimonio de relevo generacional en el campo agrícola y comparte también la apuesta de combinar la agricultura con la apicultura colombiana, pese a todo lo que se dice y se vive en los diferentes entornos. Con seguridad será un éxito sus pilotos de innovación y emprendimiento.
Les deseo una maravillosa semana, nos veremos pronto.
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