Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

“Alguien inteligente aprende de la experiencia de los demás”.
Voltaire.

La experiencia ajena es importante para tomar decisiones y en materia de seguridad alimentaria ya tenemos historias reales vividas por países como Sri Lanka, que a toda costa debemos evitar.

Los productos para la protección de cultivos (insecticidas, fungicidas y herbicidas) son tecnologías que se necesitan para evitar las onerosas pérdidas económicas que causan los problemas fitosanitarios a la agricultura mundial y, por ende, afectan a los productores pequeños y medianos, porque pierden casi toda su cosecha por cuenta de las plagas, enfermedades y malezas.

La FAO, la OCDE y el Parlamento Europeo indican que en el mundo se pierden entre 25 y 40 % de las cosechas por problemas fitosanitarios. Señalan que las pérdidas por plagas ascienden a US$ 70.000 millones cada año, mientras que por enfermedades vegetales suman US$ 220.000 millones cada año, e indican, además, que la caída de los rendimientos en las cosechas es dramática: por ejemplo, en papa es de 42 %, en arroz de 32 % y en maíz de 33 %.

Es por lo anterior que Europa reconsideró su “política verde”, referida a las restricciones del Pacto Verde sobre los productos para la protección de cultivos, porque primaron las decisiones con ciencia y conciencia que garanticen la seguridad alimentaria. Por eso el pasado 22 de noviembre, el Parlamento Europeo votó mayoritariamente rechazando las propuestas incluidas en la ‘Regulación de Uso Sostenible de Plaguicidas’, sobre eliminar el uso del 50 % de los plaguicidas para el 2030. Las asociaciones y los sindicatos de productores agrícolas europeos celebraron esta decisión, porque se traducirá en mejores condiciones para la producción de sus cosechas.

Si Latinoamérica provee el 25 % de las exportaciones agrícolas del mundo y Colombia por su potencial podría estar en top 3, ¿debemos renunciar a esta oportunidad solo por pretender copiar las aspiraciones del Pacto Verde? ¿O por cuenta de la desinformación que induce a querer prohibir los productos como en Europa, donde ni siquiera existe tal prohibición? Por esto es importante que las decisiones sean basadas en la realidad fitosanitaria de los cultivos en Colombia, que son amenazados por toda clase de plagas, enfermedades y malas hierbas, y que, gracias a la variedad de climas, representa un desafío tres veces mayor al de los países con estaciones, para lograr la oferta suficiente de alimentos inocuos.

Por eso Procultivos ANDI trabaja la estrategia del Manejo Integrado de Cultivos, para que los productores del campo cuiden sus cultivos y materialicen la agricultura sostenible, amable con el medio ambiente y obtengan las cosechas inocuas y de calidad, para alimentar a Colombia y al mundo, así como también para el bienestar económico, social y ambiental de las comunidades agrícolas en el país.

Si Europa con estaciones reconsidera y cuida su agricultura de las plagas, enfermedades y malezas, Colombia lo debería hacer con más ahínco, debido a su inmensa diversidad durante los 365 días del año. Si aprendemos de esas experiencias ajenas, seremos un país inteligente en lo social, económico y ambiental.

Un abrazo.

Compartir post