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En un reciente artículo sobre la Economía Naranja, el diario Portafolio recordaba al inolvidable Frank Sinatra, para quien el naranja era el color más feliz. Asimismo, el experto español en temas digitales y redes sociales, Juan Merodio, también acude al color para explicar el concepto, afirmando que el naranja en Occidente se suele asociar a la diversión y al optimismo; en Oriente el confusionismo lo relaciona con la transformación, y en India, el chacra naranja se ubica en el abdomen que es el centro de la creatividad humana.

Son opiniones y recursos válidos para empezar a explicar un modelo económico relativamente nuevo, aunque hoy se habla mucho de éste en Colombia, principalmente gracias al libro La Economia Naranja: una oportunidad infinita, escrito por el presidente Iván Duque en compañía de Felipe Buitrago.

¿Pero, cuál fue el origen de este modelo y por qué su importancia? Nació en Australia. Así lo afirma Mariña Pose García, en un artículo para la revista Drd de la Universidade do Contestado: “El origen del concepto economía creativa (como también se le conoce a la Economía Naranja) se sitúa en el término de industrias creativas, a su vez inspirado en el proyecto gubernamental Creative Nation (AUSTRALIA, 1994), que proponía la búsqueda de la identidad cultural australiana. Entre otros elementos, el proyecto promulgaba la importancia del trabajo creativo, su contribución para la economía del país y el papel de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación como aliadas de la política cultural.”

Es decir, hace 24 años los australianos ya estaban apreciando cómo la creatividad y las nuevas tecnologías podrían apoyar la economía del Estado. Y fue el británico John Howkins, autor del libro “The Creative Economy: How People Make Money From Ideas”, quien en 2001 resaltó la importancia de la economía fundamentada en la creatividad.

Pose García puntualiza en su artículo que “Howkins fue uno de los primeros en señalar la importancia de la creatividad en el desarrollo económico moderno y, aunque reconoce que las relaciones entre la creatividad y la economía no suponen una novedad, la naturaleza y la extensión de las relaciones para crear valor y riqueza sí son características principales del nuevo paradigma económico. Dicha riqueza estaría relacionada con el sector de la economía que produce bienes en forma de propiedad intelectual (patentes, copyrights, trademarks y designs).

Por eso el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), a través de su inciativa Región Naranja, define la Economía Naranja como “el conjunto de actividades que permiten que las ideas se transformen en bienes y servicios, cuyo valor puede estar basado en la propiedad intelectual. La Economía Naranja tiene el talento y la creatividad como insumo principal y es capaz de generar empleo, riqueza y tener un impacto en la calidad de vida”.

La apuesta del presidente Duque para Colombia a partir de la Economía Naranja, es diversificar la producción y las exportaciones y reducir la dependiencia de las materias primas. En diferentes escenarios, ha afirmado que “la propiedad intelectual es el poder transformador que tienen los creadores en la sociedad” y ha mostrado los cuatro principales grupos “sobre los cuales se construye ese poder”:

  1. Patrimonio ancestral de la sociedad: culinaria/gastronomía, festivales, museos, carnavales, artesanías, bibliotecas y centros arqueológicos.
  2. Artes: pintura, escultura, fotografía, antigüedades, danza, teatro, circo, operas y zarzuelas.
  3. Medios: Editorial, radio, televisión, cine.
  4. Creaciones funcionales: arquitectura, animación digital, video juegos, publicidad y diseños (interiores, moda, gráfico, joyas, juguetes).

La gran pregunta es si en Colombia realmente vamos a “pelar la naranja”, de manera sostenible en en tiempo como una política de Estado. ¿Cómo convertir nuestras expresiones creativas en bienes y servicios que contribuyan en la generación de ingresos sostenibles para más colombianos? Sin duda, el país tiene talento de sobra en las múltiples áreas que componen la Economía Naranja. El paso importante ahora es que las personas, en primer lugar, entiendan el concepto, y sobre todo, sepan como ser parte de la actividad y se organicen no solo localmente sino también a nivel regional e internacional.

Por eso me parece interesante la Región Naranja, la iniciativa del BID que mencionaba arriba, www.regionnaranja.org, la cual, entre otras cosas, busca crear la red más completa y diversa de creativos de la región pues considera que  “el futuro no está ni en sus recursos naturales, ni en sus reservas económicas, sino que se encuentra en sus yacimientos creativos”. A este grupo puede vincularse todo aquél quien considere que tiene la materia prima para ser parte.

¿Hemos estado ciegos frente a esta oportunidad?

El tema es de tal dimensión, que la consultora EY en su estudio Cultural Times 2015 estima que en material digital, “las ventas de bienes y servicios culturales digitales alcanzaron los 66.000 millones de dólares en 2013. Los juegos online y para móviles fueron los contenidos digitales más vendidos del mundo, alcanzando los 33.800 millones de dólares; seguidos por películas digitales, 13.000 millones de dólares; la música, 10.300 millones de dólares; y los libros, 8.500 millones de dólares”.

Las buenas noticias para Colombia son, que en primer lugar, ya existe la ley 1834 del 23 de mayo de 2017 la cual reglamenta la Economía Naranja en el país, y en segundo lugar, que Mario Suárez Melo, presidente de Bancoldex, anunció la creación de una nueva línea de crédito con recursos por 400 mil millones de pesos para fortalecer y promover la Economía Naranja, a lo cual ha denominado ‘Exprimiendo la Naranja’.

La teoría comienza a traducirse en políticas y programas concretos para insertar a la naranja en la estructura que ya tiene el Estado y de seguir así, con seguridad la naranja va a se dulce para todos. Y para asegurar que así sea, es aconsejable tener en cuenta los principales retos de la industria cultural que plantea EY en el Cultural Times 2015:

Crecimiento

La industria cultural y creativa, a menudo, está extremadamente fragmentada y dominada por pocos jugadores de gran tamaño. Por su parte, las compañías necesitan de un tamaño suficiente para seguir creciendo en un mercado global lo que ha provocado que el término “consolidación” vuelva a estar en boga.

Globalización

Las empresas de la industria desean expandir su negocio a nivel internacional, por ello deben saber dónde invertir, cuándo entrar en un nuevo mercado y cómo introducirse. Por ejemplo, según el estudio, China e India son los mercados emergentes de elección para muchos ejecutivos, atraídos principalmente por el fuerte crecimiento y el potencial de desarrollo a largo plazo. Sin embargo, en muchas ocasiones, los costos de entrada y la falta de infraestructura pueden ser factores significativos para la actividad.

Monetización online

A raíz del auge de la economía digital, muchas compañías se encuentran en la encrucijada de ofrecer sus contenidos en el canal online de manera gratuita, o tratar de persuadir a los consumidores para pagar por algo que hasta ahora han conseguido sin ningún tipo de costo.

Proporcionar una alta calidad y un contenido de valor añadido será fundamental para persuadir a los usuarios de pagar por el contenido cultural del que disfrutan en la red. Las empresas de la industria necesitan entender mejor los factores que determinan la disposición de los consumidores a pagar por contenidos online.

Fomentar el talento

El talento es un elemento vital en las ICC. El logro de la excelencia artística supone un extraordinario esfuerzo de dedicación, formación y trabajo duro. La industria debe fomentar y apoyar las ideas que potencien el desarrollo del talento creativo.

Protección de los derecho de autor

El contenido cultural en Internet bajo la noción de «acceso gratuito» se está extendiendo, y pone en peligro la creación y la promoción de la diversidad cultural. Los creadores deben ser compensados justamente por el uso de sus obras y se necesitan iniciativas específicas que traten de solventar esta difícil situación.

Diversificación de los modelos económicos

Hoy en día, en un período de rápidos cambios, las ICC se enfrentan a un fenómeno de hibridación y diversificación de los modelos económicos, que implica la multiplicidad de fuentes de financiación y de ingresos. Dentro de un sector cultural concreto, cuanto más variados sean los modelos económicos, más diversificadas son las fuentes de ingresos.

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