Lecciones y retos de las mujeres en la tecnología
Desde la primera programadora de la historia, Ada Lovelace, hija de Lord Byron y quien vivió entre los años 1815 y 1852, hasta Susan Wojcicki, actual CEO de Youtube y Sheryl Sandberg, directora de operaciones de Facebook, son muchas las mujeres que han realizado trabajos definitivos con las matemáticas y la tecnología a lo largo de la historia.
Infortunadamente, no fueron reconocidas en su época y solo hasta ahora sus historias han comenzado a reconstruirse y a recibir reconocimiento gracias al protagonismo que estamos ganando las mujeres por cuenta de la defensa de nuestros derechos con movimientos como #metoo, las manifestaciones de las argentinas contra el aborto y las marchas de las españolas para decir que si ellas paran, se para el mundo.
Sin duda, este recorrido femenino abrió el camino para nuestro presente, en el que el mundo empresarial y de los negocios, incluyendo por supuesto la tecnología, cuenta con mujeres entre las directivas de las empresas que están cambiando la economía.
Prueba de ello son Wojcicki y Sandberg, en marcas tan significativas hoy en día y tan cercanas a la gente como Youtube y Facebook. O Ginni Rommetty, CEO de IBM; Angela Ahrendts, Senior VP de Apple; Amy Hood, directora de finanzas de Microsoft, y Belinda Johnson, COO de Airbnb y miembro de la junta directiva de Paypal.
Y aunque falta mucho camino por recorrer para lograr la equidad entre hombres y mujeres en el mundo laboral, por no hablar de otros escenarios, el camino que hemos seguido hasta hoy es importante, deja grandes lecciones y vale la pena mirarlo hacia el futuro con optimismo, pues estamos convencidas de que somos capaces de llegar adonde queramos por nuestras capacidades, conocimientos y talentos.
¿Qué hace falta entonces?
El estudio Women in the Workplace 2018, que es el más representantivo de la situación de la mujer en las compañías de Estados Unidos y lo ha realizado McKinsey & Company durante varios años, muestra que las mujeres no logran llegar a puestos directivos en las empresas de ese país porque no las contratan en posiciones gerenciales y porque tampoco las promueven. El estudio señala que si “las empresas comienzan a contratar y a promocionar a mujeres y hombres para que se conviertan en gerentes a tasas iguales, deberíamos acercarnos a la paridad en la administración (48 por ciento de mujeres contra 52 por ciento de hombres) durante los próximos diez años”.
El gran desafío entonces es conservar y celebrar los logros que han obtenido estas ejecutivas en las empresas de tecnología, y que todas promovamos la contratación y la promoción de mujeres en cargos gerenciales en nuestras empresas. Para ello hay que darles la oportunidad de relacionarse en sus trabajos con quienes toman las decisiones, hay que evitar que sean islas solitarias en las compañías y crear una cultura de equidad donde también se eduque a los hombres.
Igualmente, es necesario continuar trabajando en otros aspectos como disminuir la brecha salarial, incrementar nuestra participación en programas académicos relacionados con TIC que hoy solo es del 3%; en investigación, donde representamos el 28% en todo el mundo, y por lograr un mayor número de mujeres enseñando ciencia, puesto que actualmente representamos únicamente el 20%.
Así las cosas, el panorama femenino en las empresas de tecnología se avizora positivo, en primer lugar, porque ya muchas están ocupando cargos importantes en empresas que hoy están definiendo el futuro del mundo, y en segundo lugar, porque la conciencia sobre el papel de la mujer está cambiando, tanto en nosotras mismas como en los hombres. Hay que seguir trabajando en el cambio para acelerar el proceso.
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