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El teletrabajo ha experimentado un auge significativo en las últimas décadas, según el MINTIC de 2018 al 2020 el teletrabajo incrementó en un 71%, impulsado en gran parte por avances tecnológicos que han permitido a muchas personas realizar sus labores desde el hogar. Esta modalidad laboral, si bien ofrece ventajas como la flexibilidad y la eliminación de desplazamientos, también ha traído consigo cuestionamientos sobre la extracción de plusvalor por parte de las empresas. Pero ¿cómo se manifiesta la extracción de plusvalor en el contexto del teletrabajo y sus implicaciones económicas y sociales?

Para entender el concepto de extracción de plusvalor en el teletrabajo, primero debemos definir qué es el plusvalor. Karl Marx, en su obra «El Capital», introdujo este concepto como la diferencia entre el valor que el trabajador genera mediante su trabajo y el salario que recibe a cambio. En otras palabras, es la ganancia que las empresas obtienen gracias al trabajo de sus empleados, que excede el costo de pagarles.

Para que el empresario logre obtener este excedente de trabajo (plusvalor) se opta por pagar a las y los trabajadores un salario menor al tiempo y esfuerzo que realmente implementaron en la producción de una determinada mercancía. En el teletrabajo este proceso se manifiesta de diversas formas.

Inicialmente, en la fusión del entorno doméstico y el contexto laboral se comienza a exigir recapacitación y mejoramiento de las habilidades digitales, desafío que evidentemente fomenta la extracción de plusvalor en el teletrabajo, pues a través de los modelos de crecimiento se ha demostrado que el conocimiento técnico hace parte de las funciones de producción que fomentan el crecimiento económico. Sin embargo, esta “mejora del conocimiento” se convierte en trabajo adicional no remunerado y apropiado por el empleador.

Seguidamente, trabajar desde casa implica que el empleado sea quien proporcione las herramientas necesarias para el desarrollo de sus actividades en el trabajo como lo son el internet, el espacio de trabajo, en algunos casos la computadora, etc; sin compensación o retribución adecuada por estos gastos debido a que el salario sigue siendo el mismo en comparación al trabajo normal. Esto genera una gran disminución de costos de producción para la empresa, y en consecuencia una gran apropiación de plusvalor impago. Como ya se observó, el teletrabajo genera más horas de trabajo percibiendo el mismo salario de antes, el cual solo cubre su reproducción. (Coronado Sialer & Arrué Alvarado, 2021)

No siendo los anteriores efectos suficientes, se suma a ello el aumento de las horas de trabajo y producción. Durante el teletrabajo se refleja una gran extensión de la jornada laboral no remunerada, los empleados pueden encontrarse respondiendo correos electrónicos, atendiendo llamadas o realizando tareas relacionadas con su empleo fuera del horario laboral oficial, sin recibir compensación adicional por ello. Santillán afirma que: “un cargo de teletrabajo resulta según los expertos de la gestión humana, un 50 % más barato que un puesto presencial”.

Por otra parte, el proyecto de ley de Reforma Laboral para el 2023 propone que se implemente un auxilio destinado a cubrir los gastos relacionados con la conexión a internet y el consumo de energía, el cual debe ser acordado de manera conjunta entre el empleador y el trabajador. Este auxilio busca abordar la falta de compensación por los gastos relacionados con el teletrabajo brindando a los y las trabajadoras cierta protección adicional y equilibrar las condiciones de trabajo en el entorno del teletrabajo. Sin embargo, esto puede llegar a resultar insuficiente ya que persisten desafíos en la búsqueda de equidad y protección para los trabajadores en este nuevo paradigma laboral.

Finalmente, la extracción de plusvalor en el teletrabajo es una realidad que no debe pasarse por alto. Aunque esta modalidad laboral ofrece ventajas en términos de flexibilidad y comodidad, también plantea serios interrogantes sobre cómo las empresas pueden aprovecharse de sus empleados, aumentando sus ganancias a expensas del bienestar de los trabajadores.

Además, es de reconocer las proyecciones del proyecto de la reforma laboral y las preocupaciones por parte del Estado ante esta problemática, no obstante, ¿la extracción del plusvalor en el teletrabajo debe ser únicamente una preocupación del Estado? Y sería importante conocer ¿cuál ha sido el nivel de interés de las empresas en proporcionar mejores condiciones laborales?

 

Luisa Fernanda Trujillo Jiménez

Estudiante Facultad de Economía- Universidad Santo Tomás

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