Hoy quiero compartir con usted una historia que leí hace algunos días para mis hijos y que llamó poderosamente mi atención:
“La urraca se dio cuenta de que le faltaba una de sus monedas más preciadas, e hizo llamar a los mejores detectives del bosque: la Liebre y el Ratón. El ratón se presumía más listo y sagaz que la liebre, así que sus pistas y razonamientos le llevaron pronto al gran laberinto de túneles bajo el bosque. Al entrar, vio al señor topo, pero como el ratoncillo era muy tímido, no se atrevió a decirle nada, y anduvo por allí buscando la moneda.
La liebre, que era un gran detective, poco después llegó allí, y como no era nada vergonzosa, lo primero que hizo fue preguntarle al topo si sabía dónde estaba la moneda. El topo resultó estar encantado de guiarle porque la moneda llevaba tiempo molestándole, y finalmente la liebre se llevó la recompensa.
El ratoncillo, que vio suceder todo aquello, aprendió mucho, y desde entonces nunca dejó que la timidez estropeara su buen trabajo, y se convirtió en el mejor detective del bosque”.
La mayoría las personas han vivido alguna experiencia de vergüenza en su pasado que no les agrada compartir con los demás. La vergüenza ha sido descrita como «la emoción secreta» o la «emoción escondida».
Cuando la gente siente vergüenza, generalmente también se siente avergonzada de sentir vergüenza, de modo que no está dispuesta a hablar al respecto, y esto recae directamente en su autoestima.
La vergüenza es una respuesta a “violar las normas” de otra persona o de la sociedad en sí. Cuando usted la siente, generalmente teme al rechazo o al abandono debido a la trasgresión de normas externas o imaginarias. Por ejemplo: «meter la pata» al decir algo que está fuera de lugar y no perdonarse por ello.
La vergüenza es el origen de muchas dificultades personales, especialmente la conducta codependiente que se observa en las familias de alcohólicos o drogadictos. Normalmente estas situaciones se esconden, en lugar de afrontarse.
La vergüenza se acaba cuando usted:
– Está seguro de sus propias normas, retos y capacidades.
– Es consciente también de sus limitaciones y las de los demás.
– Respeta el ´mapa mental´ de los demás y el suyo.
– Sabe que cada equivocación le dará la oportunidad de aprender y corregir.
Alguien que siente vergüenza, lo hace porque fue un aprendiz capaz y rápido en un ambiente donde se enseñaba la vergüenza, se devaluaba a la persona o se carecía de incentivos y motivaciones. Ahora esa misma capacidad de aprender rápidamente puede ser útil para que usted apropie una imagen de sí mismo diferente, incrementando su nivel de autoestima.
Para transformar la vergüenza, es esencial reconocer la diferencia entre las normas de otros y las suyas, y ser muy cuidadoso en decidir sobre normas útiles para usted mismo. Al hacer esto, está construyendo un sentido de sí mismo, o lo que a menudo se llama autoestima o integridad. Así empieza a existir como individuo. Antes, es una imagen espejo de otras personas y dependiente de ellas para fabricar su identidad.
Si quiere avanzar más en el tema, escríbanos a misresultados@riquezaextrema.com y cuéntenos cuáles son sus principales retos a la hora de actuar o pensar en sus resultados extraordinarios. Le responderemos con múltiples opciones para que usted logre lo que quiere.
JaManza
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