El entorno emocional en el que nace un niño, así como el estado emocional de sus padres tiene una profunda incidencia en la vida de una persona en su edad adulta y durante toda su vida, según el padre del psicoanálisis Carl Gustav Jung. Sin embargo, muchos padres no son conscientes de esta realidad que es importante para el desarrollo y autoestima de un ser humano.
Concebir un bebé, no es solo cuestión de química, sino también es fundamental tener el conocimiento que 72 horas antes de la concepción el niño heredará la información y experiencias que vivió el padre, y 48 horas antes heredará las experiencias y estado emocional de su madre, como lo evidencian investigaciones psicológicas.
Por lo anterior, ser padres conlleva una responsabilidad emocional, mucho más grande que no solamente tiene que ver con el cuidado del bebé, sino con su salud emocional. A veces en una sociedad donde la violencia se ha convertido en algo socialmente permitido, algunos padres no alcanzan a dimensionar lo clave que es educarse y tomar consciencia del desarrollo emocional de un ser humano. Los padres son las personas más importantes en la vida de un niño, y de eso poco se tiene conciencia.
Por lo anterior, el entorno emocional de la madre, juega un papel fundamental en el crecimiento de un ser humano. Así que lo que haya sucedido en el momento previo de la procreación y también durante el embarazo y lo que suceda durante su etapa de crecimiento, se quedará como una huella impresa en el subconsciente del niño o niña.
Es obvio que un bebé desarrolla un apego necesario a su madre, y ese apego es fundamental para el desarrollo y crecimiento de un ser humano, sin embargo, el bebé en su proceso de crecimiento percibe los estados emocionales de su madre, las angustias y demás estados.
En ese momento el cerebro actúa con asombrosa receptividad y es cuando se establecen los caminos neuronales sobre la percepción sobre las diferentes experiencias que se viven durante la etapa de la niñez y que determinarán las experiencias o situaciones emocionales que quedarán impregnadas en el subconsciente por el resto de la vida de un ser humano.
Así que nosotras las madres tenemos un desafío al ser transmisoras de la vida y construir una relación afectiva con el bebé, y posteriormente con el ser adulto.
Según la epigenética las experiencias de vida de la madre se transmiten al bebé y esto se va quedado en el subconsciente. Los estudios de la neurociencia revelan que entre los 0 y los 5 años, los niños absorben como si fuera una esponja todas las experiencias y situaciones de estrés que afronta la madre y esto se ve reflejado en la vida adulta sino se tiene consciencia de ello. Por eso la repetición de ciertos patrones y el apego o fidelidades al clan femenino.
En mi proceso de crecimiento interior cuando estudiaba coaching me sorprendió positivamente esta información, así que para comprender y encontrar de forma consciente esas experiencias de vida. Mi madre, me educó en el amor, era una mujer muy dulce y con una sabiduría natural. Ella siempre pensó y lo decía que los hijos se deben educar en el amor, y que la violencia no se justifica para educar a un niño. Ella no hablaba de corregir a los niños, sino de apoyarlos a descubrir sus talentos y educarlos.
A veces escucho a los padres hablar de corregir, cuando en realidad debe existir una crianza respetuosa entre los padres y los hijos. Como padres tenemos una gran responsabilidad porque podemos potenciar los talentos de nuestros hijos, o enterrar sus sueños, cuando queremos que ellos estudien o hagan lo que hicimos nosotros. Cada ser humano nace libre, y ningún hijo, al final es nuestro, solo son prestados por Dios, y ellos deben encontrar su propio camino, y volar para ser libres e independientes. Así que ese amor de apego no es saludable.
La pregunta del coach: giovannafuentes@yahoo.com
¿Qué experiencias viviste en tu niñez en la relación con tu madre?
¿Cómo has desarrollado tu conciencia para fortalecer tu poder interior y encontrar armonía en tu relación con tu madre y tu padre?
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