El tema del desempleo tiene varias maneras de abordarse, desde la macroeconomía, como lo he hecho en las últimas dos columnas, preocupándonos por las cifras globales y su relación con la producción sectorial, la destrucción de empleos, etc., y desde la microeconomía, donde auscultamos las cifras por hogares sobre las causas y consecuencias del desempleo. Este último enfoque nos cuenta muchas cosas de la relación del desempleo con las características de las personas y los hogares, en especial su duración, porque no hay nada más penoso para un ser humano que estar desempleado y buscar sin éxito un puesto de trabajo.
El desempleo es una variable crucial en el bienestar de un hogar, de su duración puede depender la felicidad o la desdicha. Si el desempleo es muy prolongado puede ser tan dramático que en cuestión de meses puede llevar a un hogar a la pobreza –en especial en un país tan desigual en materia de distribución de la riqueza como Colombia. El desempleo puede también incrementar la probabilidad de hechos de violencia intrafamiliar, como lo acredita varios estudios, el más reciente hecho para Medellín indica que si el jefe de hogar se encuentra desempleado esto incrementa en 6% la probabilidad de episodios de violencia en el hogar.
Por lo dicho anteriormente, es claro que estudiar la duración del desempleo es un aspecto relevante en los estudios del mercado laboral y para los economistas, que siempre andan buscan causas y consecuencias, los determinantes de la duración del desempleo se ha convertido en un tema fundamental por las implicaciones de bienestar que tiene el desempleo demasiado prolongado. Naturalmente, lo que ha facilitado el estudio de la duración del desempleo en Colombia es sin duda la existencia de grandes bases de datos a nivel de hogar como la Gran Encuesta Integrada de Hogares o la Encuesta de Calidad de Vida (ambas del DANE).
¿Qué dice la evidencia empírica sobre la duración del desempleo? Un estudio de Carlos Molina –Economista de la Universidad de Antioquia – concluye varias cosas interesantes. El primer hecho preocupante es que una persona desempleada disminuye la probabilidad de salir del desempleo mientras más tiempo permanezca desempleada (el 40% dura más de 10 meses en el desempleo). Segundo, los hombres y los más jóvenes suelen salir más fácil del desempleo. Tercero, las personas con mayor nivel educativo, especialmente con años de universidad, duran muchísimo menos tiempo en el desempleo que las menos educadas.
Cuarto, un aspecto sensible que resalta el trabajo es que sugiere que en promedio las personas afiliadas al régimen subsidiado tienen menos probabilidades de salir del desempleo respecto a las del régimen contributivo, en particular por los incentivos perversos que crea en este grupo de personas, es probable que reduzcan su esfuerzo por buscar un trabajo. No es la primera vez que se menciona este tipo de resultados, por ejemplo hay evidencia que indican que los subsidios estatales podrían estar desalentando la búsqueda de trabajo o, incluso, incentivando el embarazo adolescente.
La cifra del desempleo vista desde la economía como disciplina es solo una estadística, para los políticos es solo un tema electoral, pero para la mayoría de las personas el desempleo puede llegar a ser una maldición, en consecuencia encontrar un empleo es fuente de felicidad, algo muy parecido a ganarse una lotería.
@jhbarrientos
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