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Las recientes cifras del DANE sobre la tasa de desempleo del 10.4% en diciembre a nivel nacional está lejos de significar una reducción estructural y es, por el contrario, un umbral que parece ser la tasa natural de desempleo del país. Pero si a nivel nacional tener una tasa de desempleo alrededor del 10%  es francamente decepcionante, más preocupante aún es el desempleo por ciudades capitales. Según cifras del DANE, el penúltimo trimestre de 2012, hay ciudades como Medellín, Manizales o Cali  con tasas de desempleo de 12.9%, 13%  y 14.7% respectivamente.  Pero lo que ésta fotografía cuanta es más o menos la misma historia de los últimos años.

 

La pregunta es ¿porque el desempleo ha sido tan difícil de bajar del 10% de manera prolongada? ¿Por qué es tan difícil para el país pensar con una tasa de desempleo de largo plazo alrededor del 5% o 6%? Pareciera pues que los economistas laborales tienen mucho por investigar y, de hecho, existe una voluminosa literatura científica, tanto teórica como empírica, a nivel nacional e internacional sobre el tema, de las cuales se han desprendido recomendaciones de política y han inducido reformas laborales y tributarias para generar empleo formal. Sin embargo, ni esa esa literatura ha logrado explicar el persistente nivel de desempleo en Colombia, ni las mencionadas reformas han podido generar los puestos de trabajo que disminuya la tasa de desempleo apreciablemente. De hecho, un reciente estudio de percepción de ManPower Group sugiere que los empresarios colombianos no estarían dispuestos contratar personal en el primer trimestre de 2013, a pesar del desmonte de los parafiscales y de la cotización a la seguridad social por parte del empleador.

 

Pues bien, en el fondo lo que sucede es que los economistas laborales tienen poco que añadir a lo ya hecho, al menos en materia de desempleo tanto las ideas como la agenda de investigación se agotó (otras imperfecciones del mercado laboral aún pueden ser temas interesantes desde un contexto estratégico). De hecho, toda la investigación desarrollada sobre el desempleo es para explicar un parte minúscula del fenómeno, pues no hay un gran “secreto” que descubrir que sea recomendable como política económica  para generar empleo.

 

La solución para generar empleo es simple: se requiere una política de aceleración del crecimiento económico basada en la expansión del comercio internacional y sostener ese crecimiento con productividad.  En especial en el sector industrial y manufacturero, pero mientras éste tenga un desempeño mediocre como el que se espera, con un crecimiento que en 2012 no llegará al 1%,  el nivel de desempleo nacional por debajo del 10% solo será coyuntural, una anécdota, una curiosidad estadística.  

 

Más allá de las estadísticas, no hay que perder de vista que el desempleo es un drama y detrás de éste se esconden otros problemas, por ejemplo, en un país como Colombia el desempleo prolongado deriva en pobreza, deprime el sistema de salud y ahonda el hueco pensional. Más aún, según trabajos recientes  el estatus de “desempleado” de los jefes de hogar incrementa dramáticamente la probabilidad de que se presenten eventos de violencia intrafamiliar. De modo pues que el tema del desempleo es muy delicado y, naturalmente, debe estar permanente en la agenda sobre política económica y social de cualquier gobierno.

 

@jhbarrientos

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