La semana pasada en este espacio hablamos sobre las verdades a medias que había detrás de las cifras reportadas por el DANE, se analizó tanto la caída de 0.4% en la tasa de desempleo nacional en agosto de 2013 frente a agosto de 2012, como de la ligera caída de 0.7% del durante el trimestre junio-agosto de 2013, en relación con el mismo trimestre de 2012, y concluimos que este resultado era por el menor dinamismo de la participación laboral y el crecimiento casi nulo de la tasa de empleo. Los cual preocupa porque a uno le gustaría que el desempleo cayera porqué se generan nuevos puesto de trabajo y no porqué quien necesita uno deje de buscar.
La historia hasta aquí está basada en las cifras sobre indicadores clave del mercado laboral, que, en efecto, muestra un panorama poco halagüeño. Para aclarar (u oscurecer) aún más la previsión sobre el empleo en Colombia, completamos el análisis mirando que sucede con el desempeño económico y la evolución del empleo por ramas de actividad económica, como el sector agropecuario, tan golpeado y de donde han surgido las más duras manifestaciones sociales, y el sector industrial, que ha mostrado decrecimientos importantes en la producción en los últimos trimestres.
La realidad completa –que al Ejecutivo y el DANE no le gusta mostrar y menos hacerle publicidad–es que mientras en el segundo trimestre de 2013 el gobierno se regodeó con crecimiento del 7.8% del PIB agropecuario, en ese mismo trimestre, con respecto al trimestre de 2012, se perdieron aproximadamente 150.000 empleos en este sector, y para rematar, la tasa de crecimiento anual del empleo en el sector agropecuario ha sido virtualmente negativa desde el trimestre agosto-octubre de 2012.
La industria manufacturera, de la que sabemos no levanta cabeza y que la producción industrial decreció 3.4% en lo corrido de 2013, registra un comportamiento similar al sector agropecuario en materia de generación empleo –así como los sectores de electricidad, gas y agua–. El sector de la construcción sólo se recuperó en el trimestre junio-agosto de 2013, después de las caídas que registró desde el trimestre noviembre de 2012-enero de 2013. De modo que la conclusión poco alentadora es que estas ramas de actividad económica han estado destruyendo empleo.
Ahora, según el DANE los sectores de servicios donde se ha concentrado la generación de empleo son en las actividades inmobiliarias y de intermediación financiera –consideras de productividad aceptable– y en los sectores de comercio y de servicios comunales, sociales y personales –considerados de baja productividad–. El problema, según Remberto Rhenals, profesor de la Universidad de Antioquia, es que los sectores servicios más dinámicos en materia de generación de empleo –los financieros e inmobiliarios– junto con el sector minero no representaron –en los trimestres de septiembre-noviembre de 2012 a junio-agosto de 2013– más del 10% del empleo nacional, mientras que la participación de los sectores tradicionales como el agropecuario, manufacturero y el de la construcción aportan, por ahora, aproximadamente de 35% del empleo nacional.
A las elocuentes cifras no hay mucho más que agregar, salvo que queda mucho camino por recorrer antes de que el gobierno cante victoria sobre la dura realidad del desempleo en Colombia.
@jhbarrientos
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