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El Consejo de Estado tienen razón: con un único proponente no se puede hacer subasta para adjudicar el tercer canal de televisión. Es un hecho que esta “subasta” a la colombiana es un despropósito, pero no solo porque sobre el hecho conceptúe el Consejo de Estado, es de sentido común, una subasta necesita mínimo dos proponentes, lo deseable es que haya muchos más, en especial  cuando de bienes públicos e ingresos para el Estado se trata.

 



Pero miremos un poco más en detalle porque la subasta con un solo proponente es, además de impertinente, inconveniente. Empecemos imaginando que llevamos a cabo una subasta, cualquiera, como la de primer precio en sobre sellado, la más simple, en la cual el ganador es el proponente con la oferta más alta y paga por su puja. En el caso  del tercer canal el proponente debe hacer una oferta económica y una de número de horas de “buen” contenido, sea lo que esto signifique.


La subasta de precio mas alto (sea en sobre sellado o a mano alzada) comienza con un piso que en este caso el subastador, el Estado, determina. No es difícil ver que con un solo proponente la puja por encima del piso será muy pequeña, basta un solo peso. Lo mismo sucede con las horas de contenido, el proponente tiene incentivos a minimizar ese número de horas, lo que no ocurriría de haber competencia entre más proponentes. Es claro que con un solo proponente no puede hacerse una subasta.


La imposibilidad surge del hecho de que una subasta es una rama de la teoría de juegos, y naturalmente, un juego, aparte de las reglas claras, precisas y de las estrategias, necesita jugadores, más de uno por supuesto. Una subasta es un juego de señalización en el cual los proponentes extraen señales de sus rivales, es decir se hacen conjeturas sobre lo que los otros podrían hacer y con base en ello competir por ganar la licitación, lo cual conlleva un elemento de incertidumbre. Con un solo jugador, o proponente, no hay señales y en consecuencia no hay incertidumbre sobre lo que harán los demás porque simplemente no están esos “demás”.


De modo pues que con un solo proponente no es posible hacer subasta, ni de primer precio, ni de segundo, ni inglesa u holandesa. Los comisionados de la Cntv se juegan el pellejo al no detener el proceso, porque si bien el concepto del Consejo de Estado no es vinculante, si debería dar pistas sobre los posibles problemas legales que en el futuro enfrentaran los comisionados y todo por quedar bien con Dios y con el Diablo. Valdrá la pena el riesgo?

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