El mundo económico y financiero ha ingresado en un absurdo. Lamento saber que muchos estudiantes se encuentran en este momento estudiando áreas afines con teorías que tal vez jamás vuelvan a ser certeras a la hora de explicar los fenómenos económicos. Cómo dijo alguna vez un corredor que se equivocó a la hora de hacer sus pronósticos, y como salida sólo atinó a decir: “El mercado es diferente todos los días”, pues ahora muchos académicos y analistas sólo atinamos a decir lo mismo, el mundo cambia y las teorías deben hacerlo al mismo ritmo.
El 4 de agosto el mercado volvió a recordar las difíciles jornadas vividas durante el último trimestre de 2008 y todo el 2009, cuando los mercados caían y caían, y esta dinámica parecía no tener fin. Acciones como las del CitiGroup cayeron en sólo el 2008 un 77%, al pasar de cerca de 287 dólares la acción a poco más de 65.40 dólares. El crudo por su parte, cayó en el último trimestre de este mismo año un 75% al desplomarse de los 144 dólares el barril a alrededor de 37 dólares. El desplome financiero de ese entonces dejó muchas enseñanzas, pero jamás indicó qué deberían hacer los Estados para salir de aquella lamentable situación, y las teorías económicas no han funcionado.
Los “hacedores de política económica” cometieron a partir de ese momento uno y otro error hasta llegar a hoy. Los mercados desarrollados a través del mundo presentan altos niveles de inflación con unas bajas tasas de crecimiento. Además, la solución de incrementar los impuestos para impulsar el consumo del gobierno y así servir de catalizador de la economía, es una idea absurda, si se tiene en cuenta que hay países con elevadas tasas de desempleo, como es el caso de Estados Unidos, el cual mantiene tasas por encima del 9%, y según esta coyuntura las va a mantener por un largo periodo de tiempo. Otro caso es España, el cual posee tasas de desempleo superiores al 20%.
La Unión Europea está atrapada en medio de bloques de países muy dispares en su desempeño económico, lo cual es el peor escenario para una unión económica. De un lado se tiene a Alemania y Francia que siguen siendo fuertes, y a pesar que han presentado algunos problemas, siempre han salido adelante. Por el otro lado, están los países de la periferia, dentro de los cuales se cuenta a España, Italia, Portugal, Irlanda, Grecia…, que presentan rezagos muy importantes en crecimiento y estabilidad financiera con respecto a los primeros, y los cuales se han convertido en el dolor de cabeza de todos, ya que éstos podrían generar un efecto contagio alrededor del mundo. Y por último, están los países del oriente de Europa, que muchos han olvidado pero que son mercados que en cualquier momento pueden entrar en problemas similares a los de “la periferia”, convirtiéndose en otro dolor de cabeza.
En cuanto a China, este país sigue creciendo a tasas increíbles, pero junto a niveles importantes de inflación, lo que hace temer por un posible enfriamiento de esta economía en el corto plazo, ya que las autoridades económicas de este Estado han priorizado el crecimiento a la estabilidad macroeconómica de variables como el nivel generalizado de precios. Este posible enfriamiento sería un golpe muy duro para la economía global, ya que se vería reducida la demanda mundial de productos básicos impactando fuertemente el precio de combustibles, el carbón y hasta el acero. De esta forma, se verían afectadas las actividades económicas de muchas empresas alrededor del mundo, por lo cual, es un tema de bastante cuidado.
Estados Unidos, por su parte, llegó en mayo del presente año a su techo máximo de endeudamiento, el cual se encontraba en 14.3 trillones de dólares, por lo cual requirió de un aumento. Éste no fue tan fácil como muchos creían. Los constantes ataques de Obama a los Republicanos hicieron que estos bloquearan gran parte de sus propuestas y lo hicieran comprometer en reducir el gasto del gobierno en cerca de 2.4 trillones para los próximos 10 años, lo cual es una cifra significativa si se tiene en cuenta que uno de los principales factores que se verán golpeados serán los de salud, pensión y subsidios de desempleo. La propuesta pasó en el Congreso hasta el último día, el 2 de agosto. No obstante, el mercado financiero en vez de tranquilizarse, entró en pánico, debido a que ahora el gobierno perdía influencia en el mercado y la probabilidad de una reducción en la calificación de riesgo de este país aumenta, junto con la posibilidad de una segunda recesión económica mundial. El índice bursátil de Estados Unidos, Dow Jones, cayó un 4.31%, un dato muy malo para la confianza inversionista.
Los “hacedores de política” americanos se centraron en fortalecer la oferta, incentivando a las empresas a producir más. El problema está que la demanda no repuntó en igual medida y ahora Estados Unidos no cuenta con las herramientas macroeconómicas para impulsarla.
Los mercados emergentes como Colombia vuelven a demostrar, como en el 2008, que son menos sensibles a esta problemática internacional. No obstante, parece que este nivel de vulnerabilidad ha aumentado en alguna medida desde entonces, lo que cual se ha reflejado en desvalorizaciones muy importantes en bolsas como la de Brasil, México y Colombia en el transcurso del año. La hipótesis de que los inversionistas internacionales van a venir a refugiarse en estos mercados, como sucedió en el 2010, pierde fuerza, mientras activos como el oro y los tesoros de Estados Unidos (Títulos de Endeudamiento) se valorizan a una gran velocidad, al ser considerados como activos seguros en estos momentos de crisis. Sin embargo, siempre existirá el temor por una posible burbuja en el precio de los commodities y un posible castigo en la prima de los tesoros.
A este pasó se van a generar quiebras selectivas de algunos países y sectores en específico antes que el mercado vuelva a repuntar y se generen valorizaciones como las vividas en el 2010 en los mercados emergentes. Además, se espera una nueva ola de literatura de nuevos autores que traten de aproximarse a estas nuevas características del mercado mundial a partir de otros enfoques. Al igual que en los años 30, luego de la Gran Recesión del 29, nuevas teorías surgirán y nuevas enseñanzas nos quedarán.
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