A mi mente llega la famosa frase que dice que “la esposa del Cesar debe ser y parecer”, es decir, no solo basta con ser la esposa del Cesar sino que la gente al verla debe decir…Esta señora debe ser la esposa del Cesar porque esa es la impresión que da por lo que dice, como luce y como se comporta.
Me han pasado los años y todavía no he aprendido a “parecer más que ser”, yo soy como soy y eso me gusta, pero se que hay gente que quiere parecer lo que no es…Y lo logran.
Pero en la vida empresarial y en la cotidiana he tenido que quitarme el sombrero, muchas veces, frente a personajes que podemos calificar y aplaudir como los “amos del parecer” o simplemente “los magos de la pantalla”, porque su capacidad como actores es, definitivamente, fuera de serie.
Estos famosos personajes de la actuación se aprendieron solo la segunda parte de la frase del César y su esposa…”Hay que parecer…”
De los casos de la vida real y cotidiana recuerdo ahora una pareja, sin hijos, que vivía en un extraordinario y moderno apartamento, cada cual tenía un automóvil Mercedes de modelo reciente y buena cilindrada, vestidos de finas marcas importados, zapatos de lujo y unos trabajos destacados en empresas de renombre. Un buen día la pareja se peleó y como consecuencia de ello se separaron. Meses después tuve la oportunidad de hablar con uno de los dos y me enteré que como resultado de la separación vendieron los carros, el apartamento y el resto de posesiones, pagaron las deudas y a cada cual solo le quedó para comprarse un par de zapatos deportivos, de los baratos.
En la vida empresarial tengo varios casos que por los diferentes matices vale la pena compartir y analizar.
Un ejecutivo de esos que hay en las empresas multinacionales fue ascendiendo en su carrera gracias a su capacidad para hacer presentaciones elegantes y bien sustentadas por verdades a medias, que las hacía creíbles, y su habilidad para hacer buenos resúmenes de las reuniones a las que asistía (Tener la última palabra, era su aporte). Estas dos cualidades unidas a su carácter siempre serio y de mirada penetrante, como si dijera “cállate, no te metas, ni se te ocurra pronunciar palabra, no me gustan las interrupciones”, lo hicieron lograr elevarse en las jerarquías internacionales hasta volverse un vicepresidente muy poderoso. Lo interesante de este señor es que aunque nunca lograba los resultados de los objetivos que le colocaban anualmente, con sus tres cualidades convencía a sus jefes de los esfuerzos que había hecho para luchar contra las corrientes o los imposibles y terminaba convenciéndolos de valorar sus pobres resultados como algo destacado (Casi hacía llorar a la gente), dadas las circunstancias enfrentadas. Este ejecutivo era y es un “mago de la pantalla”.
Me viene a la memoria un compañero de trabajo que tuve cuando apenas iniciaba mi carrera gerencial en una gran empresa, él siempre invertía su sueldo en comprarse los mejores vestidos, corbatas y zapatos porque decía que uno debía dar siempre la impresión de ser una persona de gran presencia para entrar ganando terreno en cualquier conversación (los demás siempre se iban a sentir menos, ante la apabullante presencia de mi compañero, y así era…),
Durante la segunda guerra mundial, los nazis, bien vestidos con uniformes y botas deslumbrantes hacían sentir inferiores a los judíos que vestían con ropa sucia y raída en los campos de concentración.
Mi compañero tenía otra “máxima”, cada vez que sus jefes o un cliente le preguntaba por una tarea o un encargo que le habían pedido, mi compañero siempre contestaba con gran énfasis y entusiasmo “ya quedó hecha la tarea, déjeme saber si algo no está como lo necesita”…Acto seguido me decía en voz baja, salgo volando a hacer la tarea que me pidieron, la verdad es que no la he hecho pero alcanzo a realizarla sin que se den cuenta que se me había olvidado y así quedo bien…
Mentir con propiedad, fuerza y convicción es uno de los ingredientes del “parecer”
O que tal el personaje que es el típico empleado que tiene buen oído para percibir que alguien viene y de inmediato cambia para mostrar que está trabajando, cuando todos los demás compañeros saben que estaba distraído en otras actividades que no son del trabajo. Esto me hace recordar cuando estaba en el colegio, en alguno de esos intermedios entre clase y clase…La guerra de tizas etc.
Recuerdan el típico preguntón? Todas las mañanas a primera hora le hace a cada cual una pregunta y lo obliga a que le haga algún trabajo, así sea un favor y luego que ya tiene a todos haciendo algo y ha marcado la presencia requerida, se retira y no se le vuelve a ver sino hasta el siguiente día cuando le pide a cada uno explicaciones y vuelve a hacer más preguntas y a encargar más trabajos. Este típico actor de empresas tiene en mente que él es el generador de movimiento y el amo de las preguntas, pero de trabajo…Ni hablar…Lo pero del asunto es que ni siquiera es el jefe…
Bueno, dejo a su imaginación otros “magos de la pantalla” que como Ustedes pueden apreciar se mantienen vivos por años sin que sea fácilmente detectable su actuación, al menos frente a los que ellos manejan las apariencias.
Detrás de Bambalinas, como se dice en los medios teatrales, la gente que está en el día a día con los “magos de la pantalla” los conoce bien y saben que son pura apariencia, lo malo es que difícilmente alguien dice algo para delatar al impostor…Creo que otra de las cualidades que poseen estos “magos de la pantalla” es que le generan a sus colaboradores o personas más cercanas un miedo enorme para que no los delaten o por el contrario hacen sentir lástima y pesar y por eso no los delatan.
Si quiere descubrir a los “Magos de la pantalla”, hable con la gente de abajo, con sus servidores o con los rangos pequeños y seguro se va a sorprender con lo que Usted creía que era verdad y solo ha sido pura pantalla!
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