Ganan los malos o ganan los buenos…
Los malos siempre aprovechan ventanas de tiempo para hacer sus trabajos sucios o sus fechorías, porque saben perfectamente que en ese lapso la probabilidad que algo les pase o los agarren o los castiguen es muy baja. Son arriesgados y se juegan la suerte en cada hazaña.
Los buenos siempre piensan que la justicia va a llegar y tomará acciones sobre los malos y por eso el dicho popular “La justicia cojea, pero llega” o el otro dicho popular que dice “En juego largo hay desquite” y así pasan los años hasta que por fin se hace justicia.
Si al malo no le pasó ni un rasguño en el intervalo de tiempo que tuvo para hacer de las suyas, salió ileso y se preparará para su siguiente trabajito. Así es como funciona el proceso. Sigue y sigue haciendo sus maldades hasta que algunas vez lo atrapan o lo castigan o lo sacan del camino.
Por esta última reflexión pareciera que “ser pillo paga”, cuando no debería ser así y en realidad es lo contrario, ser pillo o ser malvado es un mal negocio, como le ocurrió a Hitler o a Pablo Escobar. El problema está en la ventana de tiempo en la cual el malo logra actuar y hacer barbaridades, asunto que le permite aprovecharse de los demás, sentirse ganador y dañar a mucha gente. Ese periodo puede durar horas, días, meses o años. Acabada la ventana de tiempo, todo empieza a decaer y viene para el malo el terrible final.
Yo lo resumiría en que, con mucha frecuencia los malos ganan el primer tiempo de un partido, como en el futbol, algunas veces ganan el partido, pero muy difícilmente ganan una copa. La alta probabilidad de ganar en el largo plazo siempre es de los buenos, no hay duda.
Los chicos malos o las chicas malas siempre tienen un atractivo especial que los hace ser buscados y hasta admirados por muchos, es como un imán que atrae con fuerza a pesar de que la gente sabe que son malos. Pasado algún tiempo, el encanto inicial desaparece y cuando ven su maldad en detalle y la sufren, la gente se arrepiente de haberlos admirado y se aleja de ellos, aunque muchas veces es tarde porque ya hicieron el daño.
Sin embargo, la fuerza de atracción de los malos es tan potente, que hay gente los sigue admirando por años, a pesar de saber lo que son y como son. Esa atracción es como un narcótico o una especie de masoquismo disimulado, porque entre más los perjudica más lo quieren, es como una atracción fatal…Y lamentablemente por esa condición se les ayuda a mantenerse haciendo daños por largo rato. Hay malos y malas famosas que cumplen todo lo que les he compartido en este escrito…Ustedes los conocen o los recuerdan en su barrio o en su colegio o en la universidad o en el trabajo o en su país o en el planeta o en la historia.
Lo bueno y positivo de todo esto es lo que dice el refrán, “no hay mal que dure 100 años ni cuerpo que lo resista” y en ese sentido, la maldad persiste pero llega un momento en que su reinado acaba.
Comentarios