Consiga el éxito con el uso del ACPM empresarial o personal
Es curioso que al final de la investigación haya podido encontrar una sigla que facilita la nemotecnia (ACPM), aunque no necesariamente encuentra las ideas en el mismo orden que amerita realizarlas. Lo importante es facilitar la recordación con las primeras letras de cada idea clave para lograr el éxito empresarial o personal.
Si se quiere asegurar el éxito empresarial y en muchos casos el profesional, es necesario iniciar por establecer un objetivo que se quiere lograr y en ese sentido hay que tener claridad sobre lo que queremos, asunto que no siempre hay. Yo he hecho esa pregunta muchas veces. Qué quieres lograr y cuando? La respuesta suele ser muy dispersa o poco precisa y eso es lo que hace que generalmente no se llegue al resultado.
Un ejemplo sencillo es esta pregunta quieres tener dinero? Cuánto? Cuando?…Contesta en forma precisa…
Las organizaciones que tiene claro para dónde van y cuando quieran llegar allí, hacen planes y luego realizan acciones que los conducen al logro de sus objetivos, a sobre pasarlos o en su defecto a acercase bastante a ellos. No saber dónde se quiere llegar es generalmente el problema de muchos. Pasan los años y la vida y no hay avances claros porque no hay objetivos claros o porque cada día los cambian y al final a ninguna parte llegan.
Hay que fijar un objetivo o una menta y con ellos hay que hacer un plan para alcanzarlo. Una vez se logre, podemos colocar un nuevo objetivo en un campo específico y así sucesivamente.
Luego cuando se tiene definida con claridad la meta que se quiere alcanzar, hay que definir otra “c” que es el cómo alcanzarla, lo que amerita hacer un plan A y tener un plan B etc.
Los “cómos” son los vitales en los planes porque representan la estrategia para el logro. El objetivo dice “que” se quiere hacer, el “como” dice las tareas que debemos realizar para hacer una realidad el “qué”, es decir la meta u objetivo.
Y definido el plan, hay que ejercer control sobre él para asegurar que se vaya realizando adecuadamente.
Hacer seguimiento permanente respecto al avance del cumplimiento de las tareas en pro del objetivo es lo que permite saber cómo vamos y ajustar las acciones en el tiempo para minimizar las desviaciones e ir mejorando hacia el logro. Si no podemos contestar la pregunta cómo vamos?, no tenemos control y sin control cualquier cosa es posible…Sin control vamos a la deriva.
En resumen la “c” viene de Claridad en el objetivo, plan de cómo alcanzarlo y control para lograrlo.
La siguiente guía para el éxito es la letra M que es la de elegir un método dentro del plan a realizar. La elección del método es vital y vale la pena concentrar esfuerzos en él, porque si se lleva a cabo con disciplina, el método correcto debe llevar “mecánicamente” al logro del objetivo.
Lo que hace la diferencia entre el éxito de una empresa u otra que compiten en una misma industria es el método con el cual abordan los retos o los proyectos. Igualmente sucede con los profesionales…Un mejor método da el éxito sobre el otro…Fabricar un nuevo producto puede ser equivalente en dos empresas diferentes, pero un método puede resultar ágil, práctico y barato y el otro demorado y costoso. Un estudiante puede tardar horas para preparar una tarea del colegio y al final obtener apenas un 6/10 y otro puede preparar la misma tarea en solo una hora y sacar un 9/10, gracias al método de estudio empleado. Hay muchas formas de hacer las cosas pero hay una que son las ganadoras.
Vale la pena dedicar un tiempo corto a definir el método a usar. Entre más seguro o confiable y menos errores provea, mejor. No tener un método hace que se desperdicie tiempo, recursos y dinero, aparte de resultar riesgoso.
La tercera letra es la P, que es la que hace triunfar cuando uno define el objetivo, se enfoca, elige un método ganador y coloca toda la pasión a lo que se hace.
La pasión es un motor de gran potencia que motiva, hace tener la dedicación necesaria y vence a todos los demás que no la tienen y que hacen las actividades porque les toca, porque es su obligación, porque se ordenaron o porque hay que trabajar…El que le pone pasión a lo que hace, tiene el 40% del éxito asegurado. El otro 60% lo dan las otras tres componentes del ACPM, de a 20% cada una.
Finalmente, lo que hace la gran diferencia frente a las adversidades que siempre van a existir es la Actitud, que es la que nos salva en medio de las mayores dificultades o de los mayores problemas o fracasos. Todo lo podemos tener en contra pero es la actitud la que logra la salvación.
Coloquemos un ejemplo sencillo. Supongamos que estamos en el piso 13 de un edificio que entra en llamas en el piso 8 y nos damos cuenta que viene para arriba el incendio…Podemos asustarnos y desmayarnos o asustarnos y quedar paralizados o asustarnos y preferir lanzarnos desde una ventana a morir quemados y asfixiados o podemos buscar la serenidad y por unos minutos pensar o planear solos o con otros una posible alternativa de salvación. El incendio es posible que no lo podamos evitar pero lo que sí está bajo nuestro control es la actitud que tomemos frente al incidente, eso es lo que nos puede salvar.
La vida siempre traerá retos frente a los objetivos que nos tracemos en cualquier campo y no basta con la pasión que es un gran motor, muy potente, que nos lleva a querer lo que hacemos. La actitud es definitiva para el logro del objetivo. Ante las dificultades, la actitud incorrecta puede acabar con todas las esperanzas y enterrar las ideas en lo más profundo de la tierra.
Puede haber otras fórmulas para el éxito, pero el ACPM es concreto, funciona y lo hace de maravilla. No olvide echarle ACPM a su empresa, su proyecto o su vida y ponerlo en práctica siempre!
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