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Recuerdo lo que me dijo una vez  el gran jefe de una multinacional para la que trabajaba “Nadie mata la gallina de los huevos de oro para hacer un caldo con ella”, esto ocurrió cuando pasé mi renuncia en el momento más glorioso de mi vida profesional donde llevaba varios años yendo a la convención de ventas por excelentes resultados anuales y llevaba ya  tres años consecutivos siendo campeón internacional de ventas. Cuando le renuncié,  me pidió que me quedara y  me dijo que me iba a dar un ascenso, una oficina grande, auto de la empresa, aumento del 50% del sueldo etc. Y al preguntarle por qué no me había dado todo eso antes, me dijo ”Tu producías el 30% de los ingresos de la empresa…Nadie mata la gallina…Para hacer un caldo con ella”. En ese momento me di cuenta que había perdido los últimos 10 años de mi vida, que los había podido aprovechar en otra parte donde mi talento y mis logros hubieran sido mejor reconocidos, como efectivamente me pasó cuando conseguí el siguiente trabajo.

 

En la vida cotidiana las gallinas de los huevos de oro no solo producen dinero, son aquellas personas que nos proveen felicidad y alegría, o nos orientan o guían o nos dan consejos útiles, o nos brindan compañía de alto valor, o nos generan paz cuando están cerca de nosotros, o nos dan apoyo de alguna naturaleza, o nos complementan, o nos dan afecto, o nos hacen sentir importantes, o nos hacen reflexionar, o nos dan la mano en los momentos más difíciles, o nos iluminan en los días más oscuros, o le dan sentido a nuestras vidas.

 

¿Cuantas gallinas de los huevos de oro tenemos en nuestra empresa o en nuestra vida? ¿Que tan identificadas las tenemos? ¿Que tan bien protegidas están? Como las tratamos? ¿Les reconocemos con inteligencia su existencia? ¿Las perdimos? ¿Cierto que no hay más de cinco? ¿Es Usted una gallina de los huevos de oro? ¿Si Usted es una gallina de los huevos de oro, le dan buena comida, le tratan bien, le cuidan, le respetan, le quieren, se lo dicen con frecuencia, se lo hacen sentir? ¿Se siente explotado o explotada como gallina de los huevos de oro, abusada, maltratada, amenazada, poco valorada?

 

Una sola reflexión final: Las gallinas de los huevos de oro conocen su valor y aguantan pero no son de caucho. No las eche a perder y preocúpese por identificarlas y conservarlas para que luego no se arrepienta toda la vida y eso le produzca un mal recuerdo o dolor.

 

“Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde…”

 

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