La empatía es la capacidad que tiene el ser humano de comprender las emociones y los sentimientos de los demás, basada en el reconocimiento del otro, es decir, como un individuo similar con mente propia. Sin embargo, en estos tiempos donde es imperante la era del conocimiento y la información, esta poderosa capacidad se ha ido perdiendo. La sensibilidad por el otro se ha desdibujado en la sed de poder del hombre.
En lo cotidiano, en el ámbito empresarial, en las calles, en la sociedad, es importante que las personas vuelvan a conectarse con esta hermosa capacidad con la que nace el ser humano, la empatía y que permite la conexión con la humanidad, con los sentimientos y emociones del otro, en un mundo en donde la vertiginosa carrera por el poder de las potencias mundiales se ha llevado por delante la sensibilidad por el sufrimiento humano.
La empatía es esa poderosa capacidad que tiene el ser humano para invocar la solidaridad. Para Brené Brown, académica, escritora e investigadora de la Universidad de Houston, la empatía es ser sensible a otras personas, conectar cómo se están sintiendo, el tono de la emoción y la intensidad con la que viven esa emoción, podemos escuchar atentamente las palabras y la forma de expresarlas, podemos observar el lenguaje no verbal que acompaña su discurso.
Quiero compartirles una anécdota o más bien, lo que aprendí en estos días, cuando caminaba por las calles de la céntrica Bogotá, e intentaba cruzar la calle en una estación de Transmilenio. Iba a cruzar la calle, rápidamente cuando de repente vislumbre entre la ola de personas a una bella señora de cabellos blancos, que con su bastón en mano, intentaba también cruzar la calle. Me acerqué y le ofrecí mi mano para que juntas cruzáramos la calle. La señora apoyo su mano en mi brazo y partimos, no obstante, cuando bajamos el andén, quise ir a mi ritmo, en ese momento aprendí una de las lecciones más valiosas de la vida, que me recordó que la empatía también tiene que ver con aprender a caminar al ritmo del otro, no del mío.
La bella señora de cabello blanco, me dijo, yo corro muy lento. Me detuve, me excusé y le dije, claro vamos a tu ritmo. Así que cruzaremos la calle las dos, con toda la calma, así tengamos que esperar de nuevo el cambio de semáforo-. Al final cuando llegamos al otro lado de la acera, la bella señora, me miró fijamente y me sonrío, sabes siempre he tenido ángeles como tú, que me ayudan e incluso me alcanzó a contar en el cruce de la calle que alguna vez, se sintió mal y que alguien la auxilio y la llevó a la clínica Shaio. Ella, me dijo hay muchas personas llenas de bondad y otras que han endurecido su corazón. Nos despedimos con una bendición. Me vine sonriente y mientras conducía para llegar a casa, me quedé pensando, que aprendizaje tan hermoso, gracias por ese regalo de vida.
No obstante en la loca carrera de ‘ratas’ de la que habla el maestro Robert Kiyosaki, el mundo corre, en un rumbo donde nos hemos desconectado del sufrimiento del otro, sin percartarse que quizás es hora de volver a invocar en lo cotidiano la poderosa capacidad de la empatía, con tu hijo, hija, hermanos, madre, padre, abuelos, compañeros de trabajo, amigos, y personas como la hermosa señora de cabello blanco. En el afán por tener la razón, se olvida que todos estamos hechos de la misma sustancia divina y que todos sentimos.
Muchas personas deambulan por las calles y pasillos a veces con el rostro demasiado serio ya que llevan sus circunstancias a cuestas y quizás no podamos resolver lo que le duele, pero sí podemos sonreír, o brindarle nuestro hombro para que lloré, o sencillamente escucharlo, o darle la mano para que cruce la calle o brindarle un alimento, en fin… el poder del ser humano es grande y cuando se actúa desde el corazón siempre podrán suceder milagros. De eso se trata la empatía de esos simples y sencillos actos cotidianos en donde se invoque a la solidaridad humana, y todo empieza por ti. Tu puedes transformar en los simples gestos humanos, corazones que se han endurecido en la loca competencia por sobrevivir. ¿Qué podrías hacer hoy por otra persona que refleje un acto genuino de bondad y de empatía? ¿Qué tal sí sueltas tu móvil por unos instantes y te concentras en dar lo mejor de ti a otro?.
La pregunta del coach: giovannafuentes@yahoo.com
Los invito a que me escriban y me compartan experiencias donde la empatía y tu corazón bondadoso te han permitido compartir experiencias que han ayudado a otro ser humano.
Namaste: saludo a la luz que habita en ti.
Comentarios