Siempre lo he sabido, para que un emprendimiento, proyecto o idea, tenga éxito, lo primero es hacer conciencia de sí eso que haces te gusta, te mueve la fibra y te llena de satisfacción, mi madre siempre me lo decía: Hija, hay que hacer las cosas con amor y en mi profesión de Coach y periodista, sí que he comprobado. Toda una sabía ella, Cuando las cosas se hacen con amor, los resultados son asombrosos.
En el mundo, hay cientos de seres humanos, llenos de ideas, imaginación que desean poner su granito de arena. Sin embargo, a veces, de manera inconsciente se piensa que solo lo que hacen aquellos famosos, es lo sobresaliente. Sucede que si cada ser humano, tomará consciencia de su valor personal, sus dones divinos y todo su potencial, descubriría que es un héroe, que tiene mucho para darle a la humanidad. Solo que por aquella constante búsqueda de aprobación social, el hábito de reconocer cada cosa por pequeña, e insignificante que parezca, tiene valor, como por ejemplo, decirle a alguien lo valioso que es, reconocer el trabajo de otros, celebrarse a sí mismo cada peldaño que camina, y todo aquellos esfuerzos que a diario logra sin el reconocimiento de nadie más que el suyo propio.
Aprender a hacer las cosas con amor, también tiene que ver con el propósito de vida, con el que se nace. Descubrirlo, es nuestra compromiso. En una reunión en un círculo de mujeres, escuchaba con atención lo que decían algunas de ellas, que han descubierto en su camino espiritual que ahora tienen una nueva percepción de su mundo, como por ejemplo, una de ellas que eligió aprender yoga para transformar su vida, y que ahora se ha convertido en su pasión, ya que gracias a ese camino, ha aprendido a decir aquello que antes callaba, a encontrarse consigo misma. Otras mujeres hablaban de su despertar de consciencia, y de las nuevos proyectos que hoy emprenden para darle más sentido a su vida, ya que antes trabaja como una alta ejecutiva, que sentía importante, pero sin tiempo para lo importante de su vida. En fin son tanta las historias. Ellas, las mujeres que han elegido emprender nuevos rumbos se han convertido en mis grandes maestras de vida en cada sesión de coaching, encuentro o entrenamiento.
Pero, en la búsqueda de ese propósito también se han hecho sacrificios ya que la vida, ha traído nuevas enseñanzas y retos. Cuando de hacer las cosas con amor se trata, es importante recordar que la ética juega un papel fundamental. Hoy quiero compartirles, la experiencia de una amiga colega coach, que ha elegido transformar su vida y ahora hace sesiones de coaching alrededor de la cocina.
Cocinar y conversar:
Para crear espacios que expandan la creatividad y además se conviertan en un espacio divertido y ameno, con un fondo de construcción personal y crecimiento de conciencia.“Se trata de disfrutar de la preparación y degustación de las más exquisitas recetas durante una conversación de coaching entre los asistentes” explica María Fajardo, Coach, “Es una sesión guiada por un chef, en donde se trabaja previamente, el objetivo, habilidad o competencia de los participantes que quieran fortalecer de la vivencia culinaria”.
¿Por qué la cocina?
“La primera persona que cocinó para nosotros fue nuestra madre, fue quien con un inmenso amor tuvo la capacidad de nutrirnos y por ende cuidar de nosotros. Es por esta razón que los seres humanos asociamos la cocina con un espacio cuidadoso, íntimo y nutritivo, el cual resulta ser propicio para generar grandes aprendizajes a partir de la confianza, la calidez y la cercanía, por esta razón los aprendizajes obtenidos son significativos para los asistentes. La gente se divierte y descubre aspectos interesantes de sí mismo”
Uno de los asistentes al encuentro de cocina y conversación, señala que “hace unas semanas me inscribí y participe en una sesión de cocina y coaching. Iba sin expectativas, decidido a pasar una velada entretenida y divertida. Había un grupo de diez personas las cuales en su mayoría se conocían entre ellas, pero que yo no conocía. Soy tímido. Todos un poco despistados, aceptamos y asumimos los roles y tareas que nos fuero encomendando. Poco se de cocinar, y por eso, tome un rol de apoyo a mi equipo. Rotamos por diferentes responsabilidades, y milagrosamente al final logramos producir comida y bebida deliciosas. Se me salieron 30 años de gerente, solo me permití vivir la experiencia, que fue divertida”.
¿Qué cosas de tu vida haces con amor?
¿Cuánto valoras tu propio esfuerzo?
¿Qué te gustaría descubrir de ti mismo que no conoces?
¿Qué es significa para ti, hacer las cosas con amor?
Buen artículo
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