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En un mundo donde las interacciones sociales son dinámicas y la posibilidad de que surjan conflictos es normal, se debe estar al atento que no todas las personas actúan ni piensan de la misma manera, sino que hay unos personajes que quieren manipular a otros, bien sea por que tienen desordenes emocionales (personas con cambios extremos en sus estados emocionales) que terminan por afectar la paz y el bienestar emocional de los que los rodean.

Las personas tóxicas a menudo manipulan a quienes las rodean, especialmente a aquellos que no lo son o demuestran nobleza, son tímidos, tienen miedo de hablar y perder el trabajo, o que los rechacen, a las personas que son estables emocionalmente.

Como Coach he trabajado con coachees que han padecido a los manipuladores. Tuve un caso de una persona que tenía una jefe manipuladora y esta persona sufría mucho, llevaba años en una empresa y hasta perdió su relación de pareja por las exigencias de su jefe, que estratégicamente fue escalando a hasta alcanzar posiciones de importancia.

Durante las sesiones de coaching, comprendió que tenía que poner límites y perder el miedo a perder el trabajo, porque esta situación estaba colapsando con su salud mental y física y vida privada.

¿Pero por qué los manipuladores se aprovechan de los que no son?

Es cierto que todos los seres humanos tenemos una dosis de manipulación, incluso desde que estamos bebé, aprendemos a manipular. Sin embargo, hay personas que se convierten en manipuladores profesionales, para ocultar su pobr autoestima y traumas.

¿Por qué actúan de esa manera?

El comportamiento manipulador suele estar relacionado con la falta de empatía, inseguridades profundas y la necesidad de controlar o dominar las interacciones para satisfacer sus propios intereses o necesidades.

Entre las razones más comunes porque las que una manipular se comporta así es:

Necesidad de control

Tiene una necesidad imperiosa de controlar las situaciones y las personas a su alrededor. Este deseo de control puede ser una forma de compensar su propia inseguridad o vulnerabilidad.  Manipular a los demás les permite tener poder sobre ellos y dirigir el curso de los eventos a su favor, lo que les da una falsa sensación de estabilidad y control.

Ejemplo: Alguien que constantemente manipula las emociones de otra persona para que esta actúe de acuerdo con lo que la persona tóxica quiere, sin considerar las necesidades o deseos de la otra persona.

Falta de empatía

Una de las características más comunes de estas personas es la falta de empatía. No se preocupan, ni se conmueven por los sentimientos, pensamientos o deseos de los demás. En lugar de eso, ven a las personas como herramientas para lograr sus propios objetivos.

Los  manipuladores no sienten ni el más mínimo remordimiento, debido que no les importa el impacto emocional que causan en los demás. No obstante, todo esto tiene un impacto en sus vidas, aunque no lo parezca.

Una de las emociones que buscan hacer sentir a los demás con sus tácticas es la culpa.

 Inseguridad Personal

Son personas con una autoestima baja o una percepción negativa de sí mismas, lo que las lleva a buscar validación y control a través de los demás. Carecen de habilidades emocionales saludables para lidiar con sus propios sentimientos de inferioridad o inseguridad, por lo que recurren a tácticas manipulativas para sentirse mejor consigo mismas.

Por un ejemplo una persona que constantemente hace comentarios despectivos como tu no haces nada bien, siempre tengo que explicarte las cosas, pero sí te explique muchas veces, este trabajo quedo mal, voy a tener que tomas medidas drásticas, porque estoy perdiendo el tiempo, tu trabajo no es tan bueno como piensas, eso actitudes no te quedan bien, siempre tengo que hacerlo etc..

 Dependencia Emocional

Los manipuladores buscan que las personas a su lado tengan una dependencia emocional, para que su ‘presa’ no se les vaya. Pueden hacer sentir a la otra persona responsable de su felicidad o bienestar, culpándola por no satisfacer sus expectativas.

Entonces la persona manipulada no puede decir ‘no’ creando una codependencia emocional, o le impide poner límites al manipulador.  Por ejemplo, alguien que constantemente dice cosas como «sin ti no puedo vivir» o «si me dejas, me harías muy infeliz», para crear una sensación de obligación emocional en la otra persona.

Proyección de sus propios defectos

Los manipuladores tienden a proyectar sus propios defectos, inseguridades o emociones negativas en los demás. Si una persona tóxica se siente celosa, culpable o avergonzada, puede tratar de manipular a otros para que se sientan de la misma manera, o incluso culparlos por sus propios problemas. Esto les permite desviar la atención de sus propios defectos y mantener el control sobre la narrativa de la relación.

Una actitud manipuladora :  Acusar a la otra persona de ser «demasiado sensible» o «egoísta» cuando, en realidad, quien está siendo egoísta es la persona tóxica.

 Ganar beneficios personales

La manipulación también puede estar motivada por el deseo de obtener algo de la otra persona: ya sea atención, dinero, favores, o cualquier tipo de ventaja. Las personas tóxicas a menudo usan tácticas manipuladoras para lograr sus propios objetivos sin importar si están explotando o aprovechándose de los demás.

Uno de esas acciones:  Una persona que pide constantemente favores, pero nunca devuelve el apoyo o la ayuda que recibe, usando su habilidad para manipular a los demás para que sigan ayudándola.

Entorno y familia

Las personas manipuladoras en algunos casos desarrollan este tipo de conductas, durante la niñez dependiendo de su entorno familiar o social.  Sí ha crecido en un ambiente donde el control y la manipulación eran comunes (por ejemplo, en una familia disfuncional o abusiva), es posible que hayan aprendido estos comportamientos como una forma de lidiar con sus propios problemas o de conseguir lo que querían.

Una persona que crece en un entorno en el que se utiliza la manipulación para resolver conflictos puede adoptar esta táctica como su forma de interactuar con los demás sin cuestionarla, pero también puede tomar la decisión de hacer las cosas de manera diferente y comportarse como un adulto responsable.

¿Cómo protegerse de la manipulación?

Entender estas tácticas es el primer paso para protegerse de la manipulación, que no solamente puede estar en el trabajo, pueden ser familiares, amigos, pareja, padres entre otros.

Lo importante es aprender a reconocer sus tácticas y defenderse de ellas.

  • Establecer límites claros: Decir «no» cuando sea necesario y no ceder ante manipulaciones emocionales.
  • Desarrollar una buena autoestima: Aprender a reconocer tu propio valor y no permitir que otros te hagan sentir culpable por tener necesidades y deseos propios.
  • Identificar las tácticas manipuladoras: Reconocer patrones como el ‘gaslighting’ (hacer dudar a la otra persona de su percepción de la realidad), el victimismo o la culpabilidad excesiva.
  • Buscar apoyo: consultar con profesionales para poder ver otra perspectiva y aprender a identificar las relaciones tóxicas.
  • Aprender sobre estas situaciones para seguir creciendo como ser humano. 

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