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A muchos colombianos les gusta todo para última hora y no es sino hasta que los problemas estallan que emerge la urgencia por resolverlos, pero las cosas no pasan de la noche a la mañana y las crisis, como la que estamos afrontando en este momento afloran todas nuestras debilidades. Los políticos se alimentan de la pobreza y el Uribismo ha continuado con la tradición de este país desde que se fundó: crear pobres a través de salarios altos e impuestos bajos. Además, con sus escándalos frecuentemente relacionados con el narcotráfico erosionó la legitimidad del estado.
El Uribismo trapeo el piso con las palabras “derecha” y “capitalismo”, a pesar de que no las representan y nunca fueron capaces de implementarlas, la consecuencia de sus gobiernos es una izquierda emergente que cada vez se hace más fuerte, solo en el 2018 obtuvo 4’8859.069 algo sin precedentes en Colombia. Pero ahí no para la cosa, puesto que ha seguido evolucionando a través de la ambivalencia del “centro”, ya que este tiene en sus manos las alcaldías de las 3 ciudades que producen la mayoría del PIB en Colombia: Bogotá, Medellín y Cali.
El estado de reyes.
Cuando estamos en crisis nuestros ingresos caen y debemos hacer muchas maromas para sobrevivir, para que nos corten la luz, el agua o el internet, pero el estado no tiene que hacerlo, él es “princeso”, si estamos en crisis se cobran más impuestos y se sigue aumentando el gasto, excusas para eso sobran: que los pobres necesitan subsidios (en lugar de empleo), que nos van a bajar la calificación de riesgo, que el 85% del gasto está indexado al IPC y el salario mínimo en la constitución, bla bla bla.
El eufemismo por supuesto es: «vamos a ayudar a los pobres mientras mantenemos la calificación crediticia, todo esto sin recortar gastos». Muchos analistas llevamos años advirtiendo los riesgos de un modelo político centralizado junto con una economía centralizada y dependiente de materias primas, aun así nadie escucha, siempre es lo mismo, todos salen a llorar por el inútil estado, por el estado criminal que les dispara cuando marchan, por el estado que no hace sino robar y gastar a lo estúpido, pero nadie piensa en el ingreso, en la descentralización, en atraer empresas que paguen bien y ayuden a construir una clase media aprovechando los problemas que tienen otros países; por ejemplo Trump en su momento pensó como respuesta a China traer muchas empresas estadounidenses a Latinoamérica y ahora muchos lo están pensando como respuesta al plan de impuestos de Biden ¿Y nosotros? Mal gracias, el gobierno está más interesado en mostrarle a todos «quién manda» que en recortar gasto, abrirse de piernas para que Pfizer produzca sus vacunas aquí o que cualquier otra empresa que pague bien venga a producir.
Y no dejemos de lado las oportunidades locales desperdiciadas: ¿Por qué Juan Valdez no ha emitido acciones para ponerle una tienda enfrente a cada Starbucks en este mundo? ¿Por qué si somos los números 1 en producir droga, el mercado de derivados de Cannabis es de los canadienses? ¿Por qué seguimos esperando a que un Mesías desde el estado repare un país que nació roto? Básicamente ¿Por qué nunca estamos pensando en oportunidades?
Que creen las personas de izquierda
Como venía comentando la izquierda se ha fortalecido ante estos gobiernos mediocres que acaparan todo y son un obstáculo para el comercio y el libre mercado, pero entendamos un poco qué piensan algunas, naturalmente es imposible colocar lo que cada una piensa en un párrafo, son solo generalidades.
Muchas personas de izquierda al igual que los Uribistas creen que la derecha y el capitalismo son el Uribismo. Creen que el capitalismo crea pobres, porque el Uribismo ha hecho muchos. Creen que la derecha crea violencia como ha hecho el Uribismo negligente, ya que un estado disfuncional siempre tiende a eso, sin embargo ignoran que en los países ricos los estados de derecha son funcionales y la violencia es muy baja, eso les tiene sin cuidado ellos no viven allá, viven aquí y aquí ha gobernado la “derecha”; Creen que el capitalismo es corrupto porque el Uribismo es corrupto; Creen que los empresarios son parásitos que viven como reyes a costa del trabajo mal pago y los malos tratos que reciben los trabajadores, sin dejar de lado que dependen en buena medida del lavado y sus contactos en el gobierno. En esta crisis hay 500.000 empresas quebradas que están pasando por lo mismo que ustedes, que no reciben contratos del gobierno y que les están cobrando las “ayudas” que les dieron, el empresario clientelista y ladrón, aunque puede ser de los más grandes, son una minoría de empresas, la mayoría está como ustedes viendo que no les corten la luz.
Con estas cosas en la cabeza es que la gente sale a marchar y aunque lo del Uribismo es evidente para todos, nada tiene que ver con la derecha y el capitalismo.
El clasismo (herencia hispana maldita)
Como si el clientelismo, la corrupción, los impuestos, los aranceles, el proteccionismo, etc. Fueran poco, la cereza en el pastel de los Uribistas es el clasismo, gracias a este la sociedad se está dividiendo entre pobres y ricos; Según esta gente los pobres le van a Petro y los ricos a Uribe… bastante idiotas prestarse para la guerra de clases, primero porque en estos países pobres hay cada día más, segundo porque la izquierda es maestra en ese juego y tercero porque si siguen capitalizando la indignación en votos, Petro será presidente.
Los 21 millones de pobres de Colombia no tienen miedo de que Petro los empobrezca, recalquemos lo obvio: ya son pobres y no por la mano de él, porque él no ha sido presidente y no les quiere poner impuestos, quiere quitárselo todo a Sarmiento para dárselo a ellos, o al menos eso les promete.
La gente está cansada de la injusticia, de la pobreza, de los encierros, de la impunidad, de las angustias, de las Natalias Bedoyas, de los impuestos, de los aranceles, de la falta de oportunidades y seguro los que están fuera de Bogotá están mamados de la centralización. Los vándalos y criminales en las marchas son una cifra irrisoria, tratar de hacer parecer a la mayoría de la gente eso, es otra de las tantas banalidades y estupideces de los Uribistas, sus bodegas ya no les alcanzan para influenciar a nadie, esa gente afuera la está pasando muy mal y quiere un cambio justo lo que Petro les promete, así las promesas de los políticos no valgan, en el abismo uno se aferra a cualquier cosa.
Dejen de ayudarle a Petro
Están jugando con fuego Uribistas, tanto que hablan de Venezuela, pero ellos terminaron así por menos que el Uribismo, miren quiénes eran los de “Acción Democrática”, sí, los que le hicieron la campaña a Chavez, como ustedes hoy se la están haciendo a Petro, abandonen esa secta y dejen de defender lo indefendible porque la mayoría de ustedes no tiene como migrar, al menos piensen en ustedes ya que son tan ruines y egoístas.
Queda año y medio para que ustedes le den la espalda al Uribismo, casi 5 millones de votos de Petro en primera vuelta y más de 8 en segunda deberían ser una alerta suficiente, tiren abajo la campaña de la izquierda, el enemigo es el estado y seguirá siéndolo hasta que sea reformado, no podemos seguir divididos mientras esos inútiles nos suben los impuestos para tomar Whisky en plenarias y ustedes no pueden seguir con su clasismo imbécil, maduren y aprendan a ser personas, la gente en las calles no son “ñeros chuchientos”, son gente aburrida de este intento de país, que aspira a uno mejor, si se hacen las cosas bien la mayoría de los manifestantes podría terminar siendo clase media, consumidores, clientes potenciales, pero si ustedes los siguen ignorando y despreciando, por besarle los pies al político con más investigaciones de la historia de Colombia van terminar siendo los votos de Petro.
Si esta crisis no les sirve para reflexionar y mejorar nada les va a servir y vamos a continuar en la tendencia que vamos, la del centralismo, la del estado todo poderoso, la del autoritarismo, la de Venezuela, Argentina y Perú.
Jarek Duque
Director Tradepedia Latinoamérica
Twitter: @JarekDuque
