Recordando datos del viernes, apenas hace tres días pero que, debido al efecto fin de semana, luce ahora tan lejano, les cuento que el dólar estadounidense cerró a 3.001,50 pesos, el dólar australiano cerró a 6,3392 coronas suecas, la libra esterlina cerró a 1,75 dólares australianos y el euro cerró a 1,18 dólares estadounidenses. Todo esto solo para que aprendamos que la relación entre una moneda y la otra se llama paridad. Existen, por lo tanto, tantas cuantas queramos. En Estados Unidos se publicaron más permisos de construcción que los esperados: eso da cuenta del dinamismo de allá. Con todo esto, el petróleo subió hasta los 56,6 dólares el barril. Esa es la economía.
Lo anterior fue lo que alcancé a rescatar de datos, debido a que cuando salí a almorzar el viernes, mientras me daba una vuelta, se me perdió la hoja efímera blanca en la que apunto las palabras de los escritos diarios. La hoja se me cayó en pleno centro internacional; no tenía datos comprometedores sino más bien prometedores. Ahora no sé dónde podrá estar, quién la haya recogido. Puede estar durmiendo en algún carro de basura, en algún parque, incluso puede ser que alguien la haya usado para envolver un tamal. No lo sé, es el poder del reciclaje. Puede estar en Nueva York o tal vez en Calcuta. Hojita, mi hojita blanca, en donde estés te mando saludes.
Vi anoche los American Music Awards. Conocí a los coreanos BTS, hermoso homenaje a Diana Ross, excelente Demi Lovato, mi siempre Demi; Selena un tanto apocada, hermosa la voz de Alessia Cara, muy dura Pink cantando desde las ventanas del Marriott. Todo súper, pero la reina de todo fue Hailee Steinfeld. Absolutamente perfecta.
Esto sí lo apunté y no se me perdió.
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