fuente:bloomberg
Ayer vi poco volumen operado en los mercados financieros colombianos, un volumen que dejó unos cuantos cierres cabalísticos y no cabalísticos. Lo anterior se refiere a cierta tendencia que tenemos algunos (me incluyo) por ciertos números en especial, bien sea para bajar escaleras (contándolas de 3 en 3, o de 6 en 6 por ejemplo), para imaginar compases (no sé, de 7 beats en 7) o para ponerse stops (“viejo tales, yo me stopeo, o como decía un amigo, me estropeo al 5,999%”, digamos). Entonces ayer los julios del 24 cerraron al 5.98%, cifra para nada cabalística, muy normal, pero el dólar a la 1pm cerró al majestuoso, hermoso, cabalístico y monumental 2.777,55. Cerró a 2.777,55 pesos, a este número le moldearía una estatua de mármol.
Como les digo, nada más subjetivo que lo cabalístico. Todo depende del punto de vista, de qué lado estamos. Osiris, por ejemplo, para un historiador representa el dios egipcio de la resurrección y la fertilidad; para mí representa una marca de zapatos, diría yo que los dioses de las belleza en ropa para pies, unos que uso y que han visto por ahí; sí, los de Dubfire, tan lindo que suena pronunciado Dubfire.
Por ejemplo, estudiaba por ahí unas cosas y hablaron del principio del tracto sucesivo. Me asusté, pensé que había agarrado por error un libro de Medicina, el Harrison, pero no; ese es un término para referirse a que cada título debe tener, por decirlo así, su historial, su tracto, su sucesión. Muy cabalístico.
Los que andan a caballo también compran dólares a 2.777,55. Pero eso es más bien caballístico.
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