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En un mundo que clama por alternativas más sostenibles, la industria del plástico enfrenta uno de sus mayores retos: adaptarse a una normativa que no solo regula su uso, sino que también impulsa la innovación. Tuve la oportunidad de conversar con Yasmín Lopera, CEO de Aoxlab, una empresa pionera en soluciones de laboratorio especializadas, quien compartió valiosas reflexiones sobre la Ley 2232 de 2022, que regula el uso del plástico de un solo uso en Colombia. Aquí están las principales enseñanzas de esta conversación.

Yasmín Lopera, CEO de Aoxlab. Foto cortesía.


“La Ley 2232 regula productos como bolsas plásticas y pitillos, que desde junio de 2024 están altamente restringidos. Ahora, cualquier comercializador, importador o fabricante debe demostrar que estos productos son reutilizables o biodegradables”, explicó Lopera. Para cumplir con la normativa, los productores deben presentar análisis de laboratorio que certifiquen la biodegradabilidad o contar con certificados válidos de entidades acreditadas.

Según Yasmín, esta ley “nos lleva a desarrollar alternativas más sostenibles” y fomenta el uso de desechos agroindustriales como insumos para la fabricación de productos biodegradables. “En Colombia tenemos una abundancia de desechos del café, del cacao, y otros cultivos, que pueden transformarse en productos compostables. Esto no solo es innovador, sino que además aprovecha recursos que antes eran desechados”.

Impactos en la industria y los consumidores

La transición hacia materiales sostenibles ha tenido implicaciones económicas y logísticas, especialmente para pequeños comerciantes. “El costo de las bolsas plásticas está relacionado con impuestos adicionales si no cumplen con los estándares. Sin embargo, al usar alternativas biodegradables, estos impuestos se eliminan o disminuyen, lo que puede ser un incentivo para los comerciantes”, señaló.

Además, destacó la importancia de esta normativa en la creación de conciencia: “Sin regulaciones como estas, sería muy difícil cambiar hábitos a largo plazo. Hoy, los consumidores son más conscientes del impacto ambiental de sus decisiones”.

La reinvención de la industria del plástico

Una de las preocupaciones centrales ha sido cómo las empresas tradicionales de plástico han enfrentado esta transición. “Muchos gremios se están organizando para realizar análisis de biodegradabilidad de forma conjunta y desarrollar aditivos más sostenibles que permitan que los plásticos se degraden en menor tiempo”, dijo Lopera. Esto no solo permite que estas empresas se adapten, sino que garantiza la continuidad de una industria que genera más de 200,000 empleos en el país.

Yasmín enfatizó que “el plástico no desaparecerá completamente, pero sí será una industria más sostenible y sustentable”.

Recomendaciones para emprendedores

Para quienes inician o ya operan en este sector, Yasmín ofreció consejos prácticos: “Es fundamental unirse a clústeres de bioplásticos en Colombia para mantenerse actualizados y conocer alternativas de aditivos sostenibles. También, es clave estudiar cuidadosamente las materias primas, asegurándose de que sean biodegradables y estén certificadas”.

El papel de Aoxlab en esta transición

Finalmente, Yasmín describió cómo Aoxlab contribuye a cerrar brechas en este proceso. “Somos un laboratorio especializado que ayuda a pequeñas, medianas y grandes empresas a cumplir con normativas nacionales e internacionales. Desarrollamos pruebas avanzadas y tecnología de punta para ofrecer soluciones adaptadas a las necesidades de nuestros clientes”.

Con un enfoque en la sostenibilidad y la innovación, Aoxlab se posiciona como un aliado estratégico en la transición hacia un futuro más limpio. Como bien dijo Yasmín: “Somos hacedores encantados de resolver grandes retos”.

Conclusión

La Ley 2232 no solo regula, sino que inspira. Es un llamado a la innovación y una oportunidad para construir una industria más amigable con el medio ambiente. Empresas como Aoxlab, lideradas por visionarios como Yasmín Lopera, son un ejemplo de cómo enfrentar los retos con creatividad y compromiso.

En este camino, todos tenemos un papel: consumidores, empresarios y reguladores. Al final del día, como dice Yasmín, “entre todos podemos cambiar el planeta”.

Nota: artículo realizado con base en una entrevista a Yasmín Lopera y con el apoyo de ChatGPT.


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