Diga que sí… o diga que no… pero diga algo

No se a ustedes, pero a mí me parece desesperante y además falto de consideración el largo silencio que mantienen muchos de los empresarios a quienes los emprendedores les mandamos propuestas de nuestros productos o servicios. A veces pasan hasta meses con una propuesta en estudio y en algunos casos reina un silencio descortés, muy decepcionante para un emprendedor apasionado y con ganas de salir adelante que está esperando una respuesta.

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Así que, en mi opinión, uno de los mayores obstáculos que tienen los emprendedores de nuestro país se da por una mala comunicación con otros emprendedores y con empresarios más grandes. Y hay que hacer ajustes de lado y lado, de los cuales propongo algunos y confío en que ustedes los complementen en el área de comentarios de este artículo.

En primer lugar, un emprendedor proactivo busca todo el tiempo oportunidades de negocios para su producto o servicio. Y eso incluye buscar citas para presentarlos ante un gerente o un directivo de alto nivel de las compañías. Y es ahí donde empieza el calvario. Hay una gran dificultad para conseguir la cita. ¿Les ha pasado?

Los grandes algún día fueron pequeños

Los empresarios medianos y grandes no deberían olvidar nunca que fueron pequeños y que también hicieron lo mismo cuando arrancaron su proceso. Debería hacer parte de su responsabilidad social corporativa darle un espacio a aquellos proveedores pequeños que están naciendo y que buscan una oportunidad para llevar lo suyo a un mercado con una competencia bastante compleja.

Y sigue el drama de muchos nacientes emprendedores. Cuando por fin se logró la visita y se formula una propuesta, llega la gran dificultad para recibir una respuesta. Correos, llamadas y Whatsapp todo el tiempo, muchos de ellos sin ninguna respuesta o con frases de regreso que no dicen nada, tales como: ya tenemos tu propuesta, la estamos analizando. La frase estrella en esta fase es: quédate tranquilo, nosotros te avisamos. Pero ese supuesto aviso en muchas ocasiones nunca aparece.

Lo que requiere un emprendedor naciente es claridad en la comunicación. Que le digan si hay posibilidades reales o no de entrar con su producto en esa determinada empresa, cómo y cuando se toma la decisión definitiva. Si el producto o servicio no aplica, decirlo así de claro, pero en ningún caso poner a perder tiempo haciendo un seguimiento a sabiendas de que la respuesta va a ser negativa.

En mi caso, prefiero una negativa que un silencio permanente.

Quieren pagar poquito porque es un piloto

También me duelen los que se aprovechan de la situación del emprendedor, de esas ganas de tener un primer caso de éxito, para pagarles cualquier precio argumentando que son el piloto para mostrarles a otros. Mejor dicho, casi piden que el emprendedor les pague dinero porque le están haciendo un favor.

Y qué me opinan de las áreas de compras que llaman a pedir una propuesta, pero con la única intención de completar las tres que necesitan y así cumplir un requisito de tener varias alternativas, aun sabiendo que ya tienen elegido al amigo al que quieren contratar.

Así que mi recomendación para los emprendedores es seleccionar muy bien a qué empresas les van a proponer algo, de tal manera que haya una alta posibilidad de éxito. Para eso es clave una buena labor de investigación previa. Así todos economizan tiempo.

Y para las empresas que reciben propuestas, la petición es simple y contundente: digan que sí o digan que no, pero no se queden callados.

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