Suculenta Glamping: un oasis de lujo en Bello, Antioquia
Como periodista con más de tres décadas recorriendo el mundo en busca de historias, he tenido la fortuna de experimentar experiencias únicas en diferentes lugares del planeta. Sin embargo, nunca imaginé que encontraría un paraíso tan inesperado a solo una hora de Envigado, la ciudad donde resido.
Las bicicletas aéreas constituyen un gran atractivo en Suculenta Glamping, en Bello, Antioquia.
Mi esposa, Lida Magdalena, y mi hija, María Fernanda, me han acompañado en algunas de estas aventuras, compartiendo mi pasión por descubrir lo nuevo y lo extraordinario. Esta vez, nos embarcamos en un viaje hacia Suculenta Glamping, un oasis que combina descanso y aventura, ubicado en las montañas de Bello, Antioquia, en la ruta hacia San Pedro de los Milagros.
Un paraíso entre las nubes
Desde el momento en que llegamos a Suculenta Glamping, supimos que estábamos en un lugar especial. El aire fresco de la montaña, el sonido del canto de los pájaros y la exuberante vegetación creaban una atmósfera de paz y tranquilidad que nos envolvió de inmediato.
Dejamos el vehículo en un parqueadero privado del sitio, al lado de la carretera, y caminamos por un sendero pavimentado unos ocho minutos, hasta la recepción de este paraíso ecológico.
Nos asignaron nuestro alojamiento: una hermosa cabaña de madera, perfectamente equipada para brindarnos el máximo confort.
La cabaña contaba con una cama circular en la parte baja y varios cómodos colchones en el segundo piso. Sin duda lo que más nos gustó fue su jacuzzi privado, una terraza con vista panorámica a Bello y Medellín, y una pequeña cocina con todo lo necesario para preparar nuestras propias comidas.
Como el plan era de relax total, preferimos hacer uso del servicio de restaurante del sitio, que hay que resaltar que es de muy buena calidad y con un precio justo. Para quienes les gustan las hamburguesas, ofrecen unas muy exquisitas.
La visita a Suculenta Glamping es un buen programa para hacer en familia.
Un jacuzzi con vista al cielo
Como les había contado: Uno de los aspectos que más nos impresionó de nuestra cabaña fue el jacuzzi privado. Ubicado en la terraza, con una vista espectacular de las montañas y el cielo estrellado, era el lugar perfecto para relajarnos y disfrutar de un momento de diversión en familia.
Un mirador para contemplar la belleza
La terraza de nuestra cabaña también era un lugar mágico. Desde allí, podíamos contemplar la impresionante belleza del paisaje que nos rodeaba. Las luces de Bello y Medellín brillaban a lo lejos, como un mar de estrellas en la noche.
Publicación en Instagram con imágenes del sitio.
Un área húmeda para refrescarse
Suculenta Glamping también cuenta con una hermosa área húmeda, con una piscina climatizada y un turco. Allí, pudimos refrescarnos después de una mañana de actividades y disfrutar de un momento de relajación total. Y todo eso acompañado de un rico coctel.
Un sendero en el aire y bicicletas aéreas
Pero sin duda, la atracción principal de Suculenta Glamping fue el sendero en el aire y las bicicletas aéreas. Caminar por este sendero suspendido entre los árboles fue una experiencia única y emocionante. Y las bicicletas aéreas nos permitieron disfrutar de la adrenalina mientras pedaleábamos sobre el paisaje montañoso. Hay que resaltar que en todo momento nos sentimos muy seguros dentro la experiencia y acompañados del personal de servicio.
Un recuerdo inolvidable
Nuestra experiencia en Suculenta Glamping fue realmente inolvidable. Allí, encontramos un refugio perfecto para escapar de viernes a domingo del estrés de la ciudad y conectar con la naturaleza. La comodidad de las cabañas, la belleza del paisaje y las actividades de aventura nos brindaron momentos de alegría y unión familiar que atesoraremos para siempre.
Un paraíso para todos
En conclusión: Suculenta Glamping es un lugar muy hermoso para parejas, familias y grupos de amigos que buscan una experiencia única y memorable. Además, que representa un espacio para una conexión profunda con la naturaleza.
Agradecimiento: Como la gratitud es la memoria del corazón, mi GRACIAS gigante es para el empresario internacional Conrad Egusa que vivió ese momento y luego me invitó para también vivirlo con mi familia (Lástima que no pudo llegar mi hijo Julián David porque estaba de viaje). Y por supuesto, las gracias al equipo de Suculenta Glamping, que contribuyeron a que tuviéramos un fin de semana inolvidable.
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