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Por Guillermo Brinkmann, Presidente de SAP Región Norte de América Latina y el Caribe

A finales del 2015 la cuarta revolución industrial y la economía digital empezaron a tomar fuerza y relevancia y, en ese sentido, el mundo empresarial y los gobiernos comenzaron a tomar conciencia del tremendo impacto de transformación que traía consigo la industria 4.0.

Hasta hoy, ya son muchas las empresas que dieron sus primeros pasos de adopción en la implementación de tecnologías para adaptarse a los cambios venideros. El big data, machine learning, AI, blockchain, son algunos ejemplos claros que hoy vemos en nuestro diario vivir. También, por supuesto, toman fuerza otras tecnologías emergentes como el deep learning, tension flow, 3D printing y otras más.

Durante este año, se ha generado una mayor conciencia sobre la necesidad de ser flexibles a través del cambio, entendiendo que lo que nos trajo hasta aquí, no será lo mismo que nos lleve a cumplir nuevas metas y, en ese sentido, es importante advertir que, no necesariamente, las empresas más grandes, más fuertes o más antiguas serán las que tengan éxito sostenible, si no aquellas que más rápidamente entiendan y se adapten al cambio.

Hoy el foco principal debe dirigirse a que las tecnologías emergentes escalen rápidamente para así obtener resultados concretos de negocio y cimentar las bases de la “empresa inteligente”.

De los distintos resultados de negocio esperados, hay tres que son el top of mind entre los altos ejecutivos de las empresas de todas las industrias. El primero es la transformación de la experiencia del cliente, el segundo es lograr cambios significativos en la productividad y el tercero es mejorar y profundizar el relacionamiento con los colaboradores y el propio ecosistema. Para lograr estos resultados es vital tener claridad sobre las 4 tendencias que serán los ejes para el desarrollo e innovación empresariales de los próximos 3 años.

La primera de ellas es la conversión y redefinición de los procesos de negocio, que permitirán a las compañías elevar la implementación de tecnologías al desarrollo de mellizos digitales para modelar distintos escenarios, con el fin de poder tomar mejores decisiones, decisiones más inteligentes y así optimizar los activos y los recursos de la empresa.

Esto significa que en los próximos años serán más las interacciones entre procesos; en una modalidad machine to machine, en donde los datos van a ser la fuente de la inteligencia y la inteligencia va a ser la que lleve adelante esas decisiones y efectúe las transacciones. De hecho, hoy hay aplicaciones que ya lo hacen, existen procesos que permiten hacer un emparejamiento entre depósitos en cuenta y facturas a cobrar, o también procesos que permiten analizar hojas de vida para determinar los perfiles más adecuados para distintos roles, entre muchos otros.

La segunda tendencia tiene que ver con redefinir la experiencia del cliente o del consumidor, partiendo de que la cuarta revolución industrial está produciendo cambios profundos en la sociedad y en las personas, cambiando las reglas de juego y hace que quien guíe y determine esta necesidad de transformación seamos nosotros las personas, ya sea en nuestro rol de cliente, consumidor, empleado o ciudadano, a partir del cambio en nuestro comportamiento, en nuestros gustos, nuevas exigencias, nuevos hábitos y costumbres.

La tercera de las tendencias consiste en simplificar para poder innovar. ¿cómo hacer para mantener vigente el negocio actual, la operación actual y, al mismo tiempo, invertir en innovación? Ese es un gran desafío, pues por lo general, estos dos intereses están en conflicto.

Es común encontrar que en los primeros niveles de management de las organizaciones no se tomen el tiempo necesario para entender el tema de la innovación y la simplificación, y esto debe cambiar. los CEOs tienen que trabajar con los equipos de liderazgo para entender la necesidad de la simplificación de la operación y para comenzar a promover las ideas nuevas y disruptivas que le den el aval al negocio de seguir vigente en el mercado.

La última de las tendencias tiene que ver con capacidades humanas aumentadas, que ciertamente parece un título muy futurista, pero hoy ya es una realidad. Toda esta evolución ha implicado la mutación de los procesos, logrando en las maquinas capacidades realmente asombrosas. Ahora pueden ver, leer, escribir, reconocer personas y objetos, escuchar y hablar. Esto sin ningún lugar a duda cambiará nuestra forma de vivir y trabajar para siempre.

Los asistentes virtuales son una realidad, los chatbots están a la orden del día. Prácticamente todos los días, o varias veces a la semana, dejamos que algunas aplicaciones tomen decisiones por nosotros y confiamos plenamente en su “inteligencia”. Los datos van a ser la fuente de la inteligencia y la inteligencia va a tomar las decisiones.

Todas estas tecnologías y capacidades humanas aumentadas van a hacer realidad los tres objetivos de negocio mencionados anteriormente, alcanzando importantes saltos en la productividad de las organizaciones.

Se hace evidente, entonces, que la transformación hacia una empresa inteligente es un camino y no un destino. Cada empresa tiene que definir como comenzar a transitarlo, desarrollar el conocimiento y las capacidades necesarias y definir el propósito sobre el cual continuar su innovación.

Por Guillermo Brinkmann
Presidente de SAP Región Norte de América Latina

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