Ya tengo los datos, ahora, ¿cómo los uso eficientemente en mi empresa?
Por Marco Pérez, Director regional de ventas para México y LATAM norte en SAP Concur.
Es poco probable que, en el ámbito empresarial actual, se tomen decisiones que no tengan en los datos un componente de análisis esencial. La toma de decisiones informada es considerada una clave para el éxito de muchas organizaciones, lo que pone en desventaja a aquellas empresas que aún no han puesto los datos en el centro de la conversación a la hora de tomar decisiones estratégicas.
La toma de decisiones basada en datos se define por utilizar información veraz y comprobable para orientar las acciones estratégicas. Esto implica aprovechar datos provenientes de la experiencia laboral, interacciones con clientes, volumen de ventas y más para tomar decisiones informadas que maximicen el beneficio y las oportunidades para la organización.
En un entorno digital, la gestión basada en la nube y herramientas analíticas permite obtener valiosos insumos del mercado, la productividad interna, las interacciones con los clientes y más, convirtiéndose en una herramienta invaluable para la mayoría de las actividades comerciales.
Sin embargo, la cantidad de datos recopilados en dispositivos y herramientas digitales puede ser abrumadora, por lo que las organizaciones se enfrentan al reto de gestionar y controlar esta información para lograr resultados óptimos. Más allá de almacenar información, la cultura basada en datos precisa procesos, herramientas y objetivos bien definidos para ser efectiva.
Así mismo, lograr un uso correcto de los datos empresariales puede generar resultados muy valiosos. De hecho, un estudio de Barc, firma de análisis de Software empresarial, reveló que un buen estudio de datos puede incentivar la toma de decisiones más informadas, el mejoramiento del control de los procesos operativos y una mayor comprensión de las necesidades de los clientes.
- Qué hacer con los datos financieros
Las organizaciones que cuentan con una cultura basada en los datos y que los utilizan como parte de sus estrategias comerciales y financieras tienen una serie de ventajas, incluyendo la minimización de riesgos, el seguimiento a indicadores clave, la identificación de oportunidades y la reducción de tiempo en la toma de decisiones.
Por ejemplo, usando una herramienta de control de gastos, las empresas pueden administrar de manera automatizada una gran cantidad de actividades relacionadas con aprobaciones, registros de gastos, devoluciones y transacciones financieras y obtener los datos para encontrar patrones que beneficien a la organización en búsqueda de sus metas.
Los datos también permiten identificar oportunidades y alternativas de inversión de acuerdo a los problemas y necesidades que la organización experimente para ese momento específico.
Finalmente, minimizar el tiempo que se tarda la empresa en tomar una decisión de negocio es uno de los usos más productivos que se puede dar a los datos. A partir de los datos, los tomadores de decisión tienen un respaldo que les permite actuar de manera menos intuitiva, respaldando su decisión en elementos como la situación actual del negocio o ejemplos de inversiones anteriores que pueden servir como base para el análisis.
En el caso de las empresas que usan los datos como base de su relación con clientes, el análisis de este tipo de información puede ser vital para mejorar la experiencia y ofrecer un servicio de mayor calidad. Conocer de antemano qué requiere un comprador puede hacer la diferencia para que este se convierta en un cliente recurrente y que esté dispuesto a recomendar y comprometerse con su proveedor.
En definitiva, la toma de decisiones basada en datos no es un lujo y mucho menos una herramienta exclusiva para las grandes empresas, sino una necesidad. Las empresas de todos los tamaños pueden aprovecharla para identificar oportunidades, entender el mercado y destacar en calidad y servicio al cliente, pasos que las lleven por el camino de la productividad y el cumplimiento de sus metas.
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