
El poder de los valores, la adaptabilidad y la resiliencia en un mundo cambiante
Por Marcela Perilla, Presidente de SAP para la Región Norte de América Latina y el Caribe.
Vivimos en una era de cambios acelerados. La tecnología, el mercado laboral, el clima social y político evolucionan constantemente, lo que nos obliga a adaptarnos de manera ágil y consciente. En este contexto, tres pilares resultan esenciales para enfrentar los desafíos del presente y del futuro: los valores, la capacidad de adaptación y la resiliencia. Más que conceptos abstractos, son herramientas clave para el progreso individual y colectivo.
La importancia de los valores en un mundo en transformación
En un escenario en el que problemas como la desigualdad, la discriminación y el debilitamiento de la democracia siguen presentes, mantener valores sólidos es más importante que nunca. El respeto, la integridad, la diversidad y la equidad no solo fomentan sociedades más justas, sino que también impulsan la innovación y el crecimiento sostenible.
Por ejemplo, la discriminación sigue siendo una problemática global alarmante. Entre 2021 y 2022, aumentó en un 70% de los países del mundo. A medida que nuestras sociedades se diversifican, es fundamental promover el respeto por las diferencias, garantizando que todos tengan un espacio en la toma de decisiones y en el acceso a oportunidades.
La democracia es otro pilar que requiere una defensa constante. En tiempos de crisis, es fácil que se prioricen discursos populistas sobre procesos democráticos, lo que puede debilitar los principios de justicia y transparencia. Una sociedad fuerte es aquella que fomenta la participación ciudadana, la libertad de expresión y el respeto por los derechos fundamentales.
Adaptabilidad: aprender a aprender en un mundo en cambio
El mundo laboral ya no es el mismo de hace décadas. Atrás quedó la idea de desarrollar un conjunto fijo de habilidades para toda la vida. Hoy, la clave del éxito radica en la capacidad de aprender de manera continua y adaptarse a nuevas realidades.
Según el Foro Económico Mundial, el 44% de las competencias profesionales cambiarán para 2027. Esto implica que los trabajadores deberán actualizar constantemente sus conocimientos para mantenerse relevantes en sus industrias. La inteligencia artificial y la automatización han transformado la manera en que trabajamos, creando nuevas oportunidades y eliminando empleos tradicionales.
Desarrollar una mentalidad de aprendizaje constante no solo facilita la adaptación a los cambios tecnológicos, sino que también potencia la creatividad y el pensamiento crítico.
Resiliencia: la fortaleza para superar la incertidumbre
En un mundo donde la incertidumbre es la única constante, la resiliencia se convierte en una habilidad indispensable. No se trata de evitar los problemas, sino de desarrollar la capacidad de enfrentarlos con determinación y aprender de ellos.
Construir resiliencia comienza con el autoconocimiento. Identificar nuestras fortalezas, reconocer nuestras áreas de mejora y aceptar los fracasos como oportunidades de crecimiento nos permite avanzar con mayor seguridad. Mantener una actitud positiva, pero realista, es clave para enfrentar los desafíos sin rendirse ante la adversidad.
Además, la resiliencia se fortalece en la comunidad. Contar con redes de apoyo, tanto en el ámbito personal como profesional, nos ayuda a encontrar nuevas perspectivas y soluciones en momentos difíciles. La capacidad de reponernos ante los obstáculos y seguir adelante con determinación define nuestro éxito a largo plazo.
A pesar de los desafíos que enfrentamos, vivimos en una era de posibilidades sin precedentes. La clave para navegar este mundo cambiante no radica en resistirse al cambio, sino en abrazarlo con valores firmes, mentalidad flexible y resiliencia. Cuando nos comprometemos con el aprendizaje continuo, el respeto por los demás y la construcción de sociedades más equitativas, nos convertimos en agentes de cambio capaces de transformar el presente y forjar un futuro más justo y sostenible.
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