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Por Santiago Perdomo, Especialista SAP en Gestión de la Experiencia Humana

El trabajo es un elemento vital en la vida humana. Es el pilar que transforma sociedades y economías, y hoy más que nunca, está estrechamente vinculado con el propósito personal. Compañías, entidades, emprendimientos, tanto en el ámbito formal como informal, son las diversas fuentes que nutren esta dimensión humana, proveyendo bienestar, crecimiento y prosperidad a las sociedades. Este sistema ha sido creado para desarrollar diferentes roles en diversas industrias, siempre buscando capitalizar habilidades, talentos y competencias para alcanzar objetivos tanto comunes como individuales. Sin embargo, como todo sistema vivo, cambia y se transforma, evoluciona y se adapta, abriendo paso a nuevos mundos y subsistemas.

La evolución del trabajo ha avanzado tan rápido que ese futuro lejano que imaginábamos hace menos de cinco años, donde conceptos como automatización, inteligencia artificial y robótica se limitaban a laboratorios sin aplicaciones prácticas en la vida real, ahora lo vivimos en el presente. Hoy, estamos viendo cómo estas tecnologías se acercan rápidamente, transformando nuestras interacciones en todos los aspectos de la vida diaria

Puntualmente en el trabajo, la automatización ha estado impulsada principalmente por tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial (IA), la robótica y la analítica de datos, está transformando significativamente el panorama laboral en todo el mundo. Este cambio no solo afecta la eficiencia y la productividad, sino que también redefine cómo se realizan las tareas y quién las realiza.

Para entender mejor esta tendencia debemos empezar por comprender qué es la automatización de procesos. Esta se define como el uso de software y tecnologías para automatizar procesos y funciones de negocio con el fin de lograr objetivos organizativos definidos. Esto incluye la producción, la contratación e incorporación de empleados y la prestación de servicios al cliente. En esencia, la automatización permite que las empresas realicen tareas repetitivas de manera más eficiente y precisa.

Ahora, hay que tener en cuenta el contexto en el que la automatización ha tomado fuerza. Los líderes de negocios de hoy en día enfrentan una competencia feroz y una evolución rápida en las demandas de los clientes y del mercado. Para prosperar, las empresas deben aprovechar todas las ventajas posibles para ser más competitivas, rentables, resilientes y ágiles. Aquí es donde entra en juego la automatización de procesos.

Según una reciente encuesta de Gartner, el 80% de los líderes globales de la industria citan la automatización como una de sus principales prioridades y tácticas para el éxito. Esto se debe a que esta tecnología no solo mejora la eficiencia operativa, sino que también permite a las empresas adaptarse rápidamente a los cambios del mercado.

Un impulso para el trabajo

Aunque la automatización puede reemplazar ciertos tipos de trabajos, especialmente aquellos que implican tareas rutinarias y repetitivas, también abre oportunidades para el desarrollo de nuevas habilidades. Según la OCDE, los trabajos altamente calificados no son tan susceptibles a la automatización debido a la complejidad y habilidades necesarias que aún no pueden ser replicadas por las máquinas. Esto presenta una oportunidad para que los trabajadores adquieran nuevas competencias y se adapten a roles que requieren habilidades avanzadas y creatividad.

El impacto de la automatización es evidente en diversas áreas empresariales. Por ejemplo, en el ámbito del reclutamiento, las herramientas de automatización pueden optimizar actividades de contratación, como cargar currículums, procesar evaluaciones y realizar seguimientos, permitiendo encontrar y captar el mejor talento más rápidamente. En la incorporación y capacitación de empleados, la automatización simplifica tareas administrativas, desde el procesamiento de registros hasta el cumplimiento de normativas y la capacitación, lo que resulta en un desarrollo más rápido de empleados productivos y comprometidos.

En los procesos de pago y cálculo de nómina, especialmente con el aumento de trabajos por proyectos y empleados remotos, los procesos automatizados pueden optimizar la nómina y el pago de contratistas, asegurando precisión y eficiencia. La facturación también se beneficia de la automatización, reduciendo errores y confusiones contables, mejorando la consistencia y reduciendo riesgos legales al interior de las organizaciones.

¿Qué tecnologías son clave en la automatización de procesos?

Entre las tecnologías más destacadas en la automatización de procesos se encuentra la Automatización Robótica de Procesos (RPA). Al hablar de RPA no nos referimos a robots físicos como los que se pueden usar en una línea de montaje. En su lugar, las herramientas de RPA y los bots se integran en los sistemas empresariales con el fin de simplificar varias tareas e interacciones.

La hiperautomatización es otra tecnología clave. Hablamos de una estrategia que busca identificar y automatizar tantos procesos de negocio como sea posible utilizando múltiples tecnologías como IA, RPA y sistemas ERP modernos. La Automatización Inteligente de Procesos (IPA) combina RPA con IA y machine learning para mejorar la automatización y simplificación de tareas complejas. Además, el Big Data  y la Inteligencia Artificial son fundamentales, ya que integran grandes volúmenes de datos estructurados y no estructurados para guiar la toma de decisiones y mejorar la precisión de la automatización.

En el camino de la transformación digital, la automatización de procesos es un pilar esencial para cualquier organización. Más allá de una tendencia, se trata de una nueva realidad que remodelando el mundo laboral, ofreciendo oportunidades para mejorar la eficiencia, reducir costos y permitir que los trabajadores se centren en tareas más calificadas y estratégicas. La clave del éxito radica en la integración inteligente de tecnologías y en preparar a la fuerza laboral para adaptarse a este nuevo entorno automatizado.

 

 

 

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