10 claves sencillas para entender Hidroituango de principio a fin
Si a usted aún le cuesta entender lo que está pasando con este proyecto de generación hidráulica, y siente que muchos opinan sin conocimiento, ármese de datos para discutir con argumentos.
Al parecer, la situación que se vive en Ituango se sale cada vez más de control. Si usted quiere entender lo que ha sido este proyecto, de dónde viene y para dónde va, no deje de leer los siguientes puntos que le permitirán estar en contexto y opinar.
- La demanda de energía eléctrica del país viene creciendo y hoy tenemos la capacidad de generar justo lo que estamos requiriendo. Entre 2016 y 2017, la demanda energética pasó de 66,315 a 66,893 Gigavatio-hora (GWh), un crecimiento del 0,87%, con una generación de energía de 66,681 GWh, lo cual implicó incluso la necesidad de importar energía.
- La generación de energía en el territorio colombiano se ha basado en grandes hidroeléctricas. Nuestra energía eléctrica proviene casi en un 70% de grandes centrales hidráulicas, como El Guavio (1.240 MW), Hidrosogamoso (819 MW) o El Quimbo (400 MW).
- Hidroituango es el proyecto de generación hidráulica más ambicioso del país en cuanto a tamaño y generación de energía. Una vez terminada, sería la central hidroeléctrica más grande de Colombia, con 2.400 megavatios de capacidad; busca contener 20 millones de m3 de agua en 5.000 hectáreas, y tiene una presa de una altura nominal de más de 400 metros.
- Hacer Hidroituango implicó aprovechar el caudal del Río Cauca, uno de los principales ríos de Colombia. El Río Cauca tiene un caudal promedio en invierno de 2.400 m3/s (200 veces lo que consume de agua una familia promedio colombiana en un mes), si bien fluctúa en etapa de estío hasta los 500 m3/s. Lo cierto es que la fuerza de un río de ese caudal no es sencilla de contener.
- La zona donde se realizó Hidroituango era la zona más propicia para desarrollar el proyecto, pero tiene complejidades que es posible que se hayan subvalorado. El río Cauca, a partir de esa zona y antes de llegar al Magdalena, recorre territorio de los departamentos de Antioquia, Sucre, Córdoba y Bolívar, afectando directamente a más de 20 municipios, sus ecosistemas (ciénagas, tierras inundables, bosque seco) y sus actividades productivas (agropecuarias, en buena cantidad).
- En este proyecto se han invertido más de $12 billones y ha generado cerca de 5 mil empleos directos. Adicionalmente, las actividades de compensación y reubicación de comunidades han implicado el establecimiento de nuevas cadenas productivas en los nuevos asentamientos (generados después de la inundación de las tierras).
- Con el fin de poner en funcionamiento la central hidroeléctrica, se tomaron decisiones para apresurar la culminación del proyecto, dejando de lado algunos riesgos naturales y sociales. Por ejemplo, al sellar los túneles de conducción de agua a principios de 2018, se generó una dinámica de derrumbes e inestabilidad en la zona, que puso en riesgo la infraestructura y obligó a dar paso libre al agua por un área no diseñada para ese fin (la casa de máquinas). Así mismo, el invierno hizo que los altos caudales no controlados afectaran 12 poblaciones en abril de 2018, causando un drama humano que afectó la vida y bienes de más de 50 mil personas.
- Para restablecer el control sobre el caudal del río (y sobre la infraestructura), se tomaron decisiones que trajeron (y traerán) graves consecuencias ambientales. Subir el nivel de la presa en tiempo récord, culminar el vertedero, hacer monitoreo del movimiento de las tierras en la represa, y cerrar las compuertas de la casa de máquinas para hacer que las aguas del río rebosaran y salieran por el vertedero, derivaron en situaciones cuyos impactos aún no se han medido: el río Cauca estuvo cerca de cinco días con caudales inferiores al mínimo que garantiza un equilibrio natural (450 m3/s) en una época del año (tiempo seco) en la cual ocurren muchos procesos naturales de migración aguas arriba de peces, desove y crecimiento de alevinos. ¿La verdad? El ecosistema tardará años en recuperar su dinámica natural por esta condición.
- La no entrada en funcionamiento de Hidroituango nos afecta a todos. Además de los daños sociales, económicos y ambientales de las poblaciones aledañas a la hidroeléctrica, en las demás ciudades y regiones consumimos energía eléctrica, así que no disponer de ella hace que perdamos calidad de vida, que el aparato productivo sea menos competitivo o que, por exceso de demanda, los precios de la electricidad suban. El sistema energético colombiano está sintiendo las consecuencias de ese fallo en la ejecución de la obra; sin embargo, muchos sectores esperan que los daños en la casa de máquinas se resuelvan rápidamente para habilitar este proyecto y contar con la energía eléctrica esperada.
- Este proyecto marca la muerte de los grandes proyectos hidroeléctricos en Colombia y el nacimiento de muchos otros que aprovechen los recursos naturales de una forma más racional e inteligente. La sociedad colombiana no aceptará fácilmente el desarrollo de más proyectos hidroeléctricos de gran envergadura después de Hidroituango, lo cual abre el camino a fuentes alternativas de energía: geotérmica, eólica y solar fotovoltáica. En medio de todo lo malo, esta situación dolorosa trae un nuevo panorama para los inversionistas, para las empresas generadoras y para la política pública, no solo en temas energéticos, sino en temas de cuidado del capital social y ambiental del país.
José Alejandro Martínez
Director del Departamento de Sostenibilidad
Instituto para el Emprendimiento Sostenible
Universidad EAN
Buena intención, pero no desarrolla el titular. Los argumentos no pueden sustentarse en la imperiosa necesidad de que funcione ese proyecto.
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