¿Uno de sus propósitos para el año que empieza es crear empresa o iniciar el proceso para emprender? Quizá deba preguntarse si esos planes están alineados con su propósito de vida.
Para empezar, responda con sinceridad a las siguientes preguntas: ¿la idea que tiene en mente para emprender lo apasiona?, ¿tiene experiencia en el área en el que su idea está enmarcada?, ¿tiene un equipo de trabajo que lo complemente?
¡Ojo!, no todo es pasión y experiencia. Antes que nada, debe asegurarse de que con su idea está resolviendo un problema real y aprovechando una oportunidad en el mercado. Para esto, es importante que conozca a su usuario y/o cliente, que lo observe de cerca, que piense, sienta y actúe como él, y que entienda cuál es su dolor y qué es lo que realmente necesita o podría mejorar en su experiencia.
Si su idea de negocio es parecida a otras que ya existen, asegúrese de analizar muy bien el mercado, quiénes son los jugadores, cómo lo hacen y dónde está la oportunidad de hacerlo no solo diferente sino mejor. Enfóquese en una oferta que agregue mayor valor; un buen ejemplo sería integrar canales que faciliten el acceso y retroalimentación de sus clientes.
También es importante entender hacia dónde va el mundo, analizar las tendencias de consumo, conocer ejemplos innovadores en otros países o casos de tecnología que están revolucionando sectores y apalancando el crecimiento de los negocios.
No olvide que estas inspiraciones deben estar aterrizadas al contexto donde pretende implementar su idea de negocio, identificando potencialidades locales o regionales para poder darle más fuerza y pertinencia a su idea. No deje de lado el prever riesgos legales, culturales o financieros.
“En emprendimiento no todo es pasión y experiencia, es importante que se resuelva un problema real y se aproveche una oportunidad en el mercado”.
A todas estas acciones se suma la de contemplar que su idea no solo deberá generar impacto económico, sino ambiental y social. Para ser coherente con el desarrollo sostenible, su idea debe nacer con un propósito de impacto que vaya más allá del cumplimiento de la norma, donde la sostenibilidad sea parte del corazón de su modelo de negocio y de su fórmula innovadora.
Familiarícese con conceptos como el diseño ‘de la cuna a la cuna’, la economía circular, los bionegocios y las soluciones basadas en la naturaleza, estos son parte clave del futuro de las empresas y los emprendimientos sostenibles, ya que, entre muchos factores, el consumidor es cada vez más exigente al respecto.
Cuando tenga más claridad sobre el concepto de su idea y su modelo de negocio, dedique su mayor esfuerzo a validarlo, evitando invertir grandes sumas de dinero, pues es en el proceso de validación cuando se asegura que realmente alguien va a querer comprar y usar los productos o servicios que ofrece, cuáles son las actividades a las que debe enfocar sus esfuerzos y qué aliados necesita. En este proceso de validar, es vital hacerlo con ventas reales y no perder de vista el impacto social y ambiental que pretende generar.
Recuerde que crear empresa va mucho más allá de registrarla en la Cámara de Comercio. Además de tener en cuenta todo lo anterior, no deje atrás el seguimiento financiero, tributario y legal. Solo así, el trabajo y la dedicación del emprendedor y de su equipo serán el motor que asegure la perdurabilidad de la empresa. ¿Está listo? ¡Adelante!
Catalina Ruiz Arias
Directora Instituto para el emprendimiento sostenible
Universidad EAN
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