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Por: Lida Alejandra Acosta Bulla. Investigadora Junior RADDAR CKG

Entre los años 2010 y 2017, los hogares colombianos han aumentado en promedio un 17% el consumo de comida en restaurantes; comidas que transcurren entre el almuerzo corrientes y las comidas rápidas. Para el año 2016 pudimos observar un aumento del 153% en la frecuencia de visitas a restaurantes, lo que indica que las personas aumentaron su consumo de comidas en establecimientos fuera del hogar con respecto al 2015, siendo 6 de cada 10 establecimientos restaurantes de comida rápida.

Las razones por las cuales se puede llegar a explicar este comportamiento es el aumento en el precio de productos de la canasta básica en algunas frutas y verduras a causa del fenómeno del niño y la niña que azotaron el país a lo largo de todo el año 2016 generando fuertes sequías y precipitaciones en ciertas regiones de Colombia. El alza en los precios de frutas y verduras genera que los colombianos dejen de consumir productos naturales y los reemplacen con productos procesados, puesto que estos suelen ser más baratos en el mercado a causa de un fuerte ajuste de costos de producción y que no están sujetos eventos externos climáticos. Otra razón que puede explicar este comportamiento se debe al aumento en las horas que pasan las personas fuera del hogar a causa de los horarios laborales y el transporte público, lo que genera que se dedique menos tiempo a la actividad de cocinar en el hogar optando por comer en restaurantes.

Dejar de comer fuera del hogar, no solo implica, dejar de dedicar tiempo en el hogar tanto para hombres como para mujeres, si no que representa también un aumento en el consumo de calorías y grasas que a largo plazo pueden generar efectos negativos en la salud. Como cultura nos hemos alejado de estas tareas básicas, que parecieran interferir con la vida, pero en realidad son parte de la vida misma: preparar comida es una de nuestras características únicas y maravillosas que podemos hacer como humanos. Diciendo con esto además, que el ejercicio mismo de cocinar en casa puede reducir significativamente  el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas.

Cada vez más comemos fuera del hogar y prescindimos de hacerlo de la manera más sana posible, esto se debe a que la comida saludable tiene un mayor precio, siendo un bien exclusivo para las personas que estén dispuestos a asumir ese costo adicional, lo que condena a sufrir de enfermedades cardíacas a personas que no puedan comprar comida balanceada. Hago un llamado de atención a cocinar más en la casa, a reconocer nuestra relación con el mundo cuando cocinamos, por un lado la conexión con las personas y la familia y el hermoso regalo de preparar comida, por otro lado, la relación con la naturaleza al trabajar con plantas y animales, reconectándose con el hecho de que la industria no nos alimenta, la naturaleza nos alimenta y es algo que está en cierta manera disponible para todos.

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