Por Beatriz Estefanía Jiménez Aguirre – Investigadora RADDAR CKG.
Me encontré con un artículo que hablaba del mundo del entretenimiento, y de cómo éste estaba empezando a explorarse y a consumirse de manera masiva, alcanzando niveles de industria en Colombia. ¿Empezando a ocurrir? Claro, todo parecía iniciar en la época en la que fue escrito y publicado: El Tiempo en 1998. Hoy, veinte años después, el entretenimiento ya no está «empezando a industrializarse», continúa creciendo a altas tasas. De hecho, es el grupo de consumo que más crece en Colombia, para julio de este año creció a una tasa de 7,31% en unidades, esto a pesar de presentar incrementos en el nivel general de precios de 2,80%. Con un gasto de 2.049 billones de pesos, el grupo de Cultura, Diversión y Esparcimiento aporta el 13,60% del gasto nacional. Sí, puede que no represente el mayor aporte, lo cierto es, que cada vez recibe una mayor asignación del ingreso por parte de los hogares colombianos.
Para el mes pasado, se podría explicar este crecimiento principalmente por la estabilización del dólar, el incremento de la confianza de los consumidores – que se ubicó en terreno positivo con 15,5 puntos – , el pago de la prima a los trabajadores y la temporada de vacaciones que movió los servicios turísticos. Sin embargo, para entender este crecimiento es necesario analizar las categorías y productos que comprende.
Este grupo incluye las categorías de servicios, aficiones, distracción y esparcimiento; aparatos para la diversión y el esparcimiento; y artículos culturales y otros relacionados. De estos, el primero mencionado fue el que más creció con un valor de 8,61%, impulsado en gran parte por los servicios turísticos, tales como los planes turísticos nacionales y hoteles que representan el 6,86% de la categoría. En particular se aprecia un fuerte crecimiento de los planes turísticos nacionales con un valor de 19,93%. Este crecimiento se pudo explicar por medio de las reducciones de precios, la época de vacaciones, e incluso el festivo del 20 de julio, pues muchas familias aprovechan para salir a destinos cercanos. Adicionalmente, hay diferentes eventos que impulsan el turismo como el caso de Colombiamoda en Medellín que atrajo a 7.299 visitantes que reportaron un gasto de 30.000 millones de pesos en hotelería, transporte público y gastronomía. Otro esfuerzo que motiva el consumo en este grupo constituye la Ruta de Festivales de “Atlántico Festeja”, los XXIII Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla, solo por mencionar algunos.
Si bien es cierto que los servicios relacionados con la diversión (cine, fútbol y discotecas) presentaron un crecimiento de tan solo el 0,51%, influyen en gran medida al representar más del 75% de la categoría analizada. De estos servicios, se pueden resaltar los crecimientos en volúmenes de entradas a discotecas y partidos de fútbol de 17,62% y 9,42% respectivamente, a pesar de presentar aumentos en los precios. Hasta cierto punto, esto indica que los consumidores que optan por estas actividades, no renuncian a ellas frente a cualquier variación de precios, esto se relaciona con sus gustos, lo que muchos prefieren realizar en su tiempo libre. Por el contrario, el comportamiento de la demanda de cine en julio puede ayudar a explicar el crecimiento reservado de este grupo de productos, pues se vendió un menor número de boletas. Esto se puede explicar por los altos niveles de inflación del 19,76%, adicionalmente, una gran cantidad de personas salió de las ciudades, en busca de planes de turismo. Aquí se puede evidenciar cómo muchas veces, los productos no solo compiten, valga la redundancia, con su competencia directa, sino con otros productos. Y en el caso particular de esta categoría, no solo se compite por precios, ni solo se compite por las experiencias creadas y preferencias que se tienen frente a las mismas… Va más allá, se compite por tiempo.
La personas no pueden asistir a un plan turístico y exactamente al mismo tiempo ir al cine, a menos que el plan turístico sea ver la película, que a decir la verdad pongo en tela de juicio. Existe un costo de oportunidad, pues las personas deben decidir qué hacer con su tiempo libre; en ciertos casos pueden tener el dinero para realizar más de una actividad, pero tal vez no se cuente con las horas suficientes.
Ahora bien, para no generalizar (tanto), tomando el caso del cine y con el sesgo de que la última encuesta de consumo cultural realizada por el DANE se llevó a cabo en el 2016, se tiene información sobre aquellas personas que no asistieron al cine en las cabeceras municipales en los últimos 12 meses, es decir casi 18 millones. De estas, alrededor del 23% no asistió por falta de dinero, el 27% indicó que no le gusta esta actividad, el 24% señaló la falta de tiempo, el 16% mencionó la lejanía de las salas de cine. Aunque estos datos corresponden a otro año, pueden dar luces sobre lo que ocurre en el mercado; en concordancia con los datos ya mencionados de julio de este año, un alto porcentaje se ve desmotivado por el tema de precios, y eso que para el 2016 la inflación anual de las boletas de cine era menor que la presentada este 2018 con un valor de 11,89% frente al 19,76%. Es así como los gustos y preferencias y el manejo del tiempo se pueden convertir en un importante criterio de elección.
En Colombia, de acuerdo con la última encuesta Nacional de Uso de Tiempo, realizada por el DANE, al día las mujeres en promedio le dedican 02:15 horas a la vida social y 01:53 horas a la vida cultural, aficiones y deporte mientras que los hombres le dedican 02:23 horas y 2:05 horas correspondientemente. Claro está que esto es una generalidad y que no se cumple en todos los casos, pues dentro del promedio están tanto personas ocupadas que trabajan como adolescentes cuya actividad favorita es salir con sus amigos. Sin embargo, en términos generales y suponiendo que los individuos duermen bien, las ocho horas sugeridas, se podría decir que en promedio el 25% del tiempo despiertos se le dedica a este tipo de actividades fuertemente relacionadas con el grupo de diversión, cultura y esparcimiento. Ya habiendo ganado campo como grupo de consumo dentro de las agendas de los colombianos, a éste tan solo le queda seguir creciendo y tomar mayor relevancia mientras sus propios servicios compiten entre sí y entre otros ofertados en el mercado que también constituyen experiencias para los momentos de diversión y ocio.
Comentarios