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Los impuestos se constituyen en la única manera práctica de financiar al Estado y sus programas de gobierno que, en general, deben satisfacer los requerimientos propios de lo que se considera el bien común.

El tema de responsabilidad de manejo del Estado y su sostenibilidad económica es una parte que, dependiendo del justo equilibrio que debe existir entre el deber ser y el deber hacer, pretende conciliar adecuadamente los intereses del gobierno, dentro de sus propósitos de favorecer ese bien común del que estamos hablando.

Los gobiernos deben tener la claridad plena y responsable del tamaño de Estado que pueden manejar, tanto en función de los recursos económicos disponibles que salen del bolsillo de los ciudadanos, como de sus posibilidades prácticas de manejo eficiente de las estructuras que se tienen para ello.

Esto exige un conocimiento profundo de la sociedad para la cual se ha creado el Estado, en función de sus requerimientos y las posibilidades ciertas de poder atenderlos con eficiencia.

Por otra parte, los gobiernos que manejan los estados deben involucrar, necesariamente, a la sociedad en la atención de sus propias necesidades, por medio de un sistema de intercambio de bienes y servicios que, orientados con políticas socioeconómicas apropiadas, redunde en incentivos adecuados hacia los ciudadanos que, seguramente, participarán de este propósito si ven clara la utilidad particular y colectiva que se puede derivar de esta mutua cooperación.

El equilibrio establecido entre lo que el Estado otorga a la sociedad y lo que la sociedad puede, con estímulos adecuados, aportar al bien común, es la clave del entendimiento con base en la interpretación de las necesidades de los ciudadanos que crean valor para la sociedad y lo que el Estado puede hacer para estimular ese proceso de creación de valor.

Un Estado que se entiende como árbitro y custodio del proceso de creación de valor en que se involucra la sociedad toda, financiado por los diferenres actores sociales que la componen, dentro de un sistema de libertades responsables por el sostenimiento del bien común, entendido y aceptado por todos, es la garantía de desarrollo más apropiada para ejercer la función protectora del Estado y la promoción de la iniciativa privada que, multiplicada por la cantidad de habitantes de una nación, se constituye en factor multiplicador del proceso de creación de valor que promueve la mejora en la calidad de vida de todos y para todos.

El objetivo, entonces, de la sociedad, considerando los diferentes estamentos que la componen, incluido el gobierno de turno que maneja el Estado, es identificar el común denominador que define el valor hacia el cual se orientan las personas en su diario esfuerzo por crear valor. Lo que se constituye en el primer obstáculo a enfrentar: el concepto de valor, que para cada uno puede ser diferente.

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