Hace ya algunos años, recibí una invitación de la Universidad de La Florida, para trabajar sobre un tema que me apasionaba.
Tenía que ver con los premios de calidad que algunas instituciones de EEUU habían recibido a fines de los 8Os y principios de los 90s.
Me impresionó, particularmente, el caso de la Florida Power and Light. Un modelo de organización con los más bajos niveles de calidad de todos los Estados Unidos que, en pocos años, había logrado salir del infierno de una quiebra segura, por su mal servicio, para, después de pocos años, ubicarse como un ejemplo de empoderamiento y logro de cambio hacia la calidad. Al punto de haber ganado el premio Deming de Calidad y convertirse en ejemplo de cambio organizacional para Los Estados Unidos y el mundo.
¿Qué produjo la crisis y el cambio? Lo mismo que sucede generalmente en todos las empresas.
Su gestación, fue producto de la iniciativa de varios emprendedores que, apalancados por el Estado, lograron crear una red de distribución de energía para buena parte del Estado de La Florida. Su éxito inicial, fue tal que pudo entusiasmar a otros sectores que invirtieron en ella y su servicio se expandió más rápido de lo que sus posibilidades financieras y administrativas permitían.
Esa crisis de servicio, la llevó a considerar la necesidad de buscar un estilo de administración altamente profesionalizado para resolver las dificultades que se presentaban, producto de una burocracia ineficiente y con poco entendimiento de los nuevo retos organizacionales que la empresa tenía que enfrentar.
Evidentemente, el tema en ese momento, no era de riesgo, creatividad y emprendimiento, cualidades propias de sus fundadores emprendedores, sino de adecuar la organización a las circunstancias propias de una empresa que presentaba una crisis de crecimiento y requería orden y organización para poder cuidar los costos, ser competitiva por este aspecto y dar un nivel de eficiencia que pudiera atender los requerimientos de los clientes con celeridad.
En ese entonces, las estrategias se orientaron a hacer una renovación de los directivos, de manera que se pudieran reemplazar por ejecutivos jóvenes, con entendimiento de lo que es una empresa de clase mundial y que pudieran poner orden a una organización obsoleta que requería de procedimientos y controles adecuados.
Fue así como, de acuerdo a los requerimientos de la academia y con la participación de universidades prestigiosas que en Estados Unidos apoyan la gestión de las empresas, en un modelo de Universidad – Empresa que fueron ejemplo a emular por los países del mundo entero. Así fue como Florida Power and Light, inició su proceso de cambio.
Se vincularon a la organización un número importante de profesionales, sin mayor experiencia empresarial, pero muy bien estructurados, desde el punto de vista académico. MBAs de la mejores universidades.
Los resultado empezaron a verse al interior de la organización. El downsizing, teoría de moda de administración en aquella época, empezó a dar sus resultados.
La administración por objetivos y las metodologías de análisis transaccional, permitieron mejorar las relaciones entre redes y colaboradores y de estos entre sí.
Los costos se reducían y la empresa empezaba a ser más competitiva en sus precios de venta de energía, sobre todo en la industria y el sector turístico que, en La Florida, es tan importante.
Pero, al paso del tiempo, la eficiencia lograda, no daba los resultados de penetración de mercados que los nuevos retos del sector exigían.
Los nuevos administradores eran buenos para eso: administrar. Pero su poca experiencia en el mercado, su exceso de confianza en los temas puramente funcionales y de procesos de la organización agregado a su preocupación permanente por la aplicación de los nuevos modelos de gestión y las tendencias de moda organizacional, hicieron que la empresa se mirara demasiado hacia adentro, desconociendo los cambios que ansiaban los consumidores y coartando, por el excesivo rigor en el cumplimiento de los procedimientos y los procesos, el espíritu emprendedor que acompaña la creatividad y la innovación necesaria para la supervivencia de la organización.
Ello llevó a un nuevo cambio en el direccionamiento estratégico de la organización, que implicó promover el espíritu emprendedor con base en la búsqueda de nuevos inversores, liderado por un nuevo modelo organizacional que imprimía una impronta de innovación con el nombre del Holding que promovía este cambio. http://www.nexteraenergy.com/
Hoy en día los nuevos vientos de innovación la llevan a invertir en energías alternativas que marcarán las nuevas tendencias de consumo y sustitución de los modelos de consumo energético tradicionales.
Buen ejemplo a seguir por parte de aquellas empresas que, de tanto mirarse el ombligo, han perdido el contacto con los consumidores, sus expectativas y esperanzas.
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