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¿Por qué los terroristas asesinos van al congreso y los que nos defienden de ellos van a la cárcel? ¡Algo grave pasa en Colombia! ¡La paz exige justicia!

Una sociedad que no es capaz de impartir justicia, no puede, de ninguna manera, asegurar una paz sustentable.

Ello conlleva el compromiso nacional por buscar la depuración de los organismos del Estado de todas aquellas personas que no tiene claridad sobre lo que es justo y las implicaciones y el compromiso que les corresponde con la sociedad.

Esta justicia, tiene que empezar por llamar al pan pan y al vino vino. Y actuar en consecuencia. Al corrupto ladrón y al bandolero terrorista.

Mientras esto no se dé y los corruptos y los bandoleros estén enquistados en los organismos del Estado, defendiendo sus mezquinos intereses, sin importar los de la gente de bien que se debaten en medio de la desprotección estatal, la indefección y la miseria; el país, seguirá siendo tremendamente injusto y mantendrá, por tanto, las circunstancias que, a través de la historia, nos muestran que en Colombia, la injusticia y la violencia, son parte integral de su esencia.

Ahora que se habla, tan insistentemente, de paz, es hora de impartir justicia.

Pero, hay que empezar por limpiar al Estado de los agentes que producen la endemia. Idiotas útiles del terrorismo y la corrupción que se lucran de los bienes del Estado para mantener sus privilegios y los de quienes los apadrinan, a costa de un Estado dramáticamente injusto, por la inequidad que evidencia y su indiferencia con las víctimas arrasadas por la violencia.

El problema no es cambiar las estructuras. Es cambiar las personas que se enquistaron en ellas y que no tiene la autoridad moral para representar a los ciudadanos de bien, que son la mayoría, ni para juzgar a los bandidos , por que son sus compañeros y padrinos.

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